Ana Nodal de Arce

Me la juego

Ana Nodal de Arce


Los jefes de Toledo

03/04/2025

Siempre he pensado que la política municipal es la más alejada de las ideologías. Si preguntamos a los vecinos qué desean para su ciudad, seguro que se inclinan por un entorno limpio, una movilidad ágil, un transporte público eficiente y unos impuestos moderados. Obviamente, al votar, cada cual se decide por el candidato que, a su juicio, puede dar mejor solución a estas y otras cuestiones. Pero si el elegido lo hace bien, repite. Ahí tenemos los ejemplos de Paco de la Torre, en Málaga, o de Abel Caballero, en Vigo, por citar sólo a dos regidores de distintas siglas que se han metido a sus vecinos en el bolsillo. Por algo será.
Tal vez una de las claves de la aceptación de estos y otros alcaldes que son votados incluso por quienes no comparte la ideología que marcan sus respectivos partidos, sea el hecho de que sus ambiciones políticas están saciadas con el servicio que prestan a sus vecinos. Y no viven a expensas de ocupar otros puestos, una vez se cansan del sillón municipal, algo que hemos conocido en Toledo en demasiadas ocasiones. 
En esta columna, queridos lectores, quería hacer hincapié en un hecho que no es habitual en la política municipal: sacar adelante una propuesta por unanimidad. Y es que reconforta que los concejales dejen de lado sus pasquines y su sectarismo, en algunos es insultante, para bajar a pie de calle y dar respuesta a esa confianza que han depositado en ellos los ciudadanos. Es importante que cada edil sea consciente de que su 'jefe', al que debe rendir cuentas, es el vecino, el mismo que paga impuestos y que le ha otorgado el inmenso regalo de representar y de defender sus intereses. Otra cuestión es el funcionamiento de la maquinaria administrativa, que puede frenar honestas aspiraciones de los propios concejales. Pero al ciudadano esa intrahistoria no le incumbe. Tiene derecho a exigir que le resuelvan los problemas y, si no es así, dispone de la capacidad para despedir a quien incumpla. Aunque haya de esperar cuatro años.
A lo que iba: cuando en el último pleno municipal salió adelante por unanimidad una moción encaminada a recuperar, mantener e identificar los caminos públicos de Toledo, me sentí orgullosa de la generosidad de esta Corporación que representa a mi ciudad. La propuesta era de IU, por cierto, pero era lo de menos, porque era una iniciativa justa y así lo reconoció el pleno. Claro, que también los 25 concejales votaron hace tiempo que el Hospitalito del Rey acogiera una residencia de ancianos y la Junta hizo caso omiso de la voluntad de los toledanos. Pero ahora toca aplaudir a nuestro Ayuntamiento y esperar que los 25 luchen por el bien de los vecinos y por la gloria de Toledo. Aunque eso les cueste un disgusto con sus respectivos partidos o con otras administraciones que tienen derecho de veto. Los concejales han de ser valientes. Nosotros, los toledanos, somos los jefes.