Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Santiago, el Miajas

26/03/2025

Ya sabes que mayormente me ganaba los garbanzos de trilero por las ferias de 'ganao'. Tu padre nos llevó muchos años a las de Trujillo y, sobre todo, a las de Ávila. Lo esperábamos en el Bar de Antonio, en la Puerta de Cuartos, bien temprano: «Zamorano, ¿tienes un hueco 'pa' nosotros?». Y siempre nos dio acomodo, aunque fuera en la caja del camión. Bien que se lo agradezco. Cuando apretaban mucho los civiles me apartaba un tiempo, 'pa' orear y lo mismo trabajaba con los 'arbañiles' que de 'esquilaor'. 
Santiago, el Miajas, anda sin dientes y al hablar perdigonea a diestro y siniestro. Pero aún conserva la cabeza lúcida, los dedos ágiles, los mismos ojos chispeantes y el olor a humo de cigarro negro como hace cincuenta años. 
-Yo movía la bola. De gancho primero tuve a Joaquinito, el Mellao. Era un figura y sabía embaucar como nadie. Se mató con una moto en Santa Cruz del Retamar. Una pena, el pobre se abrió los sesos contra una acacia. Luego a mi 'cuñao', el Sabas, un poco más lerdo y 'remirao', aunque daba su juego. Para 'dar el agua' a Rufo, el Negro, que en paz descanse. Coño, a esos ya los conociste tú. Un aguililla el Negro. Olía a los civiles y a la pasma como los perros a los conejos. '¡Agua, agua!', y pies para qué os quiero…
Dicen que Santiago, el Miajas, padre, era el mejor esquilador de ovejas de Talavera. Rápido, formal y esmerado. En la cuadrilla que formaba en temporada traía a unos quinquis de la parte de Badajoz que fueron los que le enseñaron de crío al muchacho el arte del trile. Y salió un alumno aventajado.
-Cuando Franco cambió 'La Gandula' (Ley de Vagos y Maleantes) en los cincuenta nos jodió mucho. Los que más salimos perdiendo fuimos nosotros, los mendigos y los 'mosexuales'.  Tú verás… a los sinvergüenzas de corbata 'na de na'. Como siempre.
Santiago, el Miajas, aparta los vasos del café que nos ha puesto Elvira, su mujer, y me hace una demostración con los cubiletes y las cartas en la mesa camilla. La cara le rejuvenece y enseña todas las encías vacías.
-El ansia es lo que pierde al 'pardo' que te entra. Las personas humanas somos 'asín'. Todas - sentencia.