Según algunos estudios, el verdadero poder sexual que el vino pueda proporcionar, empieza desde "el mismo momento en que se descorcha la botella". Algo que realmente, si se piensa bien, este acto es sencillamente sugerente, si en verdad, se está predispuesto a iniciar alguna acción relacionada con el sexo. Ciertamente, una cata de vinos, si se observa bien ello, "está rodeada de adjetivos que pueden aplicarse a los amantes, dado que se puede asemejar a los momentos de la intimidad sexual". Pues, en la cata de vinos, como en el sexo, "intervienen todos los sentidos", que el ser humano tiene a su disposición: Desde la vista al tacto, porque según algunos estudios algo exagerados, dicen que "el vino refleja la pasión, porque coger una copa de vino es como sostener al amante por la cintura". El vino puede ser un gran aliado del sexo, aunque solo sea para un efecto decorativo en una buena cena romántica (erótica) que se precie, porque, no puede faltar nunca una botella de vino, que normalmente es tinto, aunque para ir abriendo boca en los preámbulos, tampoco es para despreciar un vino blanco o un rosado muy frío. Siendo el decorado físico el ámbito íntimo de una casa, la cocina para esos preámbulos, puede llegar a ser un lugar lleno de erotismo, y ahí es bueno no desdeñar descorchar una botella previa a la cena, mientras esta se va preparando, para ir tomando alguna copa en esos momentos, que por experiencia estimo muy recomendable para activar esos momentos de deseo, y el vino nos va a ayudar; para ello también es bueno un buen cava o vino espumoso muy frío, casi helado. Seguro con estas partes previas, el éxito a la culminación sexual, está asegurado, aunque se debe entender, que siempre estas actividades hay que hacerlas con un consumo moderado, pero, en esos momentos tan íntimos, ¿Cuál es el consumo de vino verdaderamente moderado y adecuado? O ¿Acaso el sexo, pues también debe ser moderado? En consecuencia, el vino es un excelente aliado para esto de la sexualidad, y así es, porque se sabe que esta 'sustancia' es un gran vasodilatador, es decir, que en cantidades idóneas mejora la llegada de la sangre a todas las zonas del cuerpo, lo que sin duda en el caso del hombre "favorece la erección", y según algunos autores también favorece la lubricación y la excitación en la mujer, produciendo el vino un aumento de los estrógenos, por tanto, también hace aumentar el deseo sexual en la mujer. Muchos estudios afirman, sobre este asunto tan sugerente y excitante, pero delicado a la vez, que el vino de cualquier tipo, blanco, rosado o espumoso acaso, hace que las mujeres más que los hombres, sean más activas sexualmente para llevar a término el deseo sexual, sobre todo esto es así, según los estudios realizados especialmente con el vino tinto, ya que dilata las arterias e irriga muy bien las áreas relacionadas con la actividad sexual. Por todo ello, el consumo del vino en esos momentos es bueno para el sexo, especialmente para las mujeres y también para una buena salud, siendo que, en esa situación de deseos carnales irrefrenables, beber un vino es beneficioso durante las posteriores relaciones sexuales, que se vayan a culminar.