La vendimia de las uvas en septiembre, sobre todo en esta parte del planeta, demuestra que la vida es un ciclo que da vueltas, y cada cuando vuelve, y vuelve, y lo que, en apariencia, parece que es nuevo, realmente es lo mismo. Porque, en verdad todo el mundo cree en la actualidad que las 'cosas' son diferentes, cuando en esencia son sólo cuando menos iguales, y si se apura uno, iguales, pero con el exponente de peor. Debido a que realmente, sí, todo sigue igual, pero de una manera más gris, sobre para la gran masa de la población, desde los más pobres hasta lo que ha llamado durante años, la clase media, porque aquí, y en cualquier lugar y todo tiempo, eso de la mejoría tan sólo es para la élite. La élite que dice que hay que mejorar, y que la mejora se consolida tan sólo con medidas que beneficiará y mejorará la vida a todos, pero esos todos tan solo es la propia élite. O sea, que todo sigue igual y peor para la masa, que casa vez es más pobre, en un marco comunicativo y pregonado, por la élite del poder que todo va mejor que en otros tiempos, pero, insisto sólo para su estructura y quien se beneficia o está cercana a ella. Por poner un ejemplo, que además viene muy a cuento y es muy actual, en estos días entre el final del mes de agosto y el mes de septiembre, cuando el ciclo de la vida de las uvas, esta al punto de su madurez utilitaria para ser luego algo de ellas el líquido de los dioses y hasta la sangre de Cristo, si se consagra en las misas católicas, pues, en esa mejoría de los tiempos que tanto pregonas unos (los de la élite del poder), resulta que los precios de las uvas para venderlas y luego hacer vino, están más bajos que el año pasado, siendo que los viticultores, pues no crecen en su economía, sino todo lo contrario, pierden, y por tanto se empobrecen paulatinamente. Además, en esa deriva dentro de este sector del vino, como en España, se potencia cero su consumo, peor incluso de demoniza, haciendo que cada día que pasa se beba menos vino, dando esto como resultado, que al haber un consumo cada vez menor, pues a cada tiempo que pasa, se está reduciendo paulatinamente las superficies del campo dedicadas a la explotación de los viñedos. Siendo todo ello, acompañado de un control exhaustivo de cómo tiene que estar el campo, como se tiene que cultivar y demás. Todo da como resultado una bajada de la producción, y el sector del vino ciclo a ciclo, año a año, hace que sea más difícil no su recuperación, sino su mantenimiento como explotación económica de rentabilidad. Además, y parte importante en esta situación, es el submundo posterior al hecho productivo, y es el hecho de su promoción y divulgación, sobre todo en España, haciendo que un cliente final si cree tomar un vino llamado de calidad; debe pagar un precio exorbitado, porque al sector de la hostelería y el comercio, no se le fijan precios límite, haciendo, que, por ejemplo, por una copa de 125 cc, cueste de media 5.00 euros, cuando el kilo de uva no llega a 50 céntimos. En este escenario quién toma vinos en España.