Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Bandolerismo

16/10/2024

En el primer tercio del siglo XIX el bandolerismo campa a sus anchas en España, especialmente en zonas montuosas y despobladas. Hasta la creación de la Guardia Civil, en 1844, los viajeros y los pequeños pueblos están en un sin vivir a merced de las partidas que asaltan a mano armada en los caminos, roban ganado y extorsionan, sin que nadie pusiera coto a sus desmanes, para luego desaparecer y refugiarse en sus campamentos de las sierras. Los Montes de Talavera, los Montes de Toledo y la Sierra de San Vicente siempre fueron zonas endémicas de bandolerismo. De hecho, la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera, Toledo y Ciudad Real se crea para perseguir a los 'golfines' en el siglo XIII.
En los años 30 del siglo XIX, tres partidas de bandoleros tienen el protagonismo  en esos parajes con frecuentes incursiones en los llanos cercanos: la de 'Felipe, el de la Nava', (de Ricomalillo), la más numerosa y violenta, la del 'Tahonero de la Puebla' (de Montalbán) y la partida 'del Tiétar', la menos numerosa, nunca pasó de la media docena de componentes, y de la que no se supo jamás el nombre del cabecilla. Los golpes más sonados de las tres se dieron el mismo fin de semana de marzo de 1837.
La del 'Tahonero de la Puebla', el día 23 de marzo, viernes, saqueó el pueblo de Villarejo de Montalbán, casa por casa, robando víveres, ropa y dinero y también le dio tiempo a 'visitar' buena parte de las grandes labranzas de las cercanías de Navahermosa de las que se llevaron las mejores mulas de labor, después mandó aviso a sus dueños, con cartas muy educadas, para que fueran a recuperarlas al paraje del Molinillo, previo pago, eso sí, de cierta cantidad de reales.
La de 'Felipe, el de la Nava', el 24 de marzo, sábado, en que al mando de quince hombres, tomó el pequeño pueblo de Illán de Vacas, entre Los Cerralbos y Cebolla, también vivienda a vivienda, despojó a sus habitantes de dineros y comida y de allí se a Mesegar donde hizo la misma operación. 
Y la partida 'del Tiétar', el 25 de marzo, domingo, seis hombres secuestraron al alcalde de Buenaventura, lo llevaron a empellones al mesón y pidieron una contribución a cada vecino para no matarlo, que fueron desfilando por la hostería con su cantidad. No contentos, a la mesonera le sacaron 300 reales y una opípara comida.