Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Densidad de la masa

30/05/2024

Pues claro que hay distintas maneras de disfrutar con el arte pictórico. ¡Quién podría discutirlo! A unos les gusta admirar las obras con curiosidad sosegada para entablar una relación con el cuadro y con su autor. Complacerse con una visita lenta, pararse frente a un lienzo que te turba para desentrañar sus enigmas. Investigar para conocer más acerca de la obra y de la historia del pintor, de su tiempo y su país. Recrearse no solo en el placer estético que ofrece la técnica empleada, sino en el goce de concertar distintos saberes para apreciar mejor lo que contemplas. Historia, matemática, mitología, psicología, ideologías, filosofía, medicina, arquitectura, ciencias naturales o simbología para analizar la complejidad de una obra y entenderla. Dedicarle esfuerzo y concentración para en silencio reparar en los detalles y alegrarse al encontrarlos.
A otros les agrada el bullicio animado de la multitud que abarrota las salas y se distrae, mientras pasa rápidamente de una obra a otra, sorteando hábilmente y cruzándose con los perezosos y lentos aficionados, interrumpiendo su cavilar. Ensimismada mirando El violinista verde, di unos pasos atrás, para percibir mejor los detalles que me hablaban de la Rusia prerrevolucionaria, del exilio, del judaísmo jasídico, de la espiritualidad y del amor, cuando el poco espacio desocupado se llenó de algo ruidoso, inquieto y arrollador. Érase una persona pegada a un bolso quevedesco, erase un bolso superlativo, erase un bolso chillón, erase la galera entera, las doce tribus de bolsos era. Dispuesta a todo, por no perder su ritmo, recorriendo, mientras mensajeaba, los cuadros que el guía del voluminoso grupo les había señalado. 
Parece que la masificación también ha llegado a los museos, o mejor dicho a determinados museos que poseen obras de arte únicas y maravillosas de las que todos queremos disfrutar, y ahora se incluyen en parada turística obligatoria para quienes puede que ni tengan por costumbre visitar museos. 
Es llamativo que nos preocupemos, vigilando que la densidad de animales por superficie en un tiempo determinado -carga ganadera- equilibre las necesidades alimenticias del ganado con los recursos naturales para no perjudicar los ecosistemas agrarios y naturales, pero nos alarme menos que la densidad de la masa humana deteriore nuestro entorno urbano. 
Sin duda, el auge del turismo es fuente de ingresos, riqueza, actividad y empleo, permitiendo a gran parte de la población vivir de su patrimonio cultural, pero también provoca externalidades negativas. Desaparece el comercio local, suben los alquileres, hay más ruido y atascos, crece la inseguridad y la incomodidad para los vecinos que sufren el descontrol de los pisos turísticos y las calles abarrotadas. Y lo peor, quizás, sea el coste de oportunidad. El coste de otras alternativas económicas a las que se renuncia por potenciar el turismo. Explicaría, entre otras razones, que la productividad total de los factores en España - mejora de eficiencia, organización y avances tecnológicos- haya retrocedido un 7,3% de 2000 a 2020, al estar especializados en sectores muy intensivos en factor trabajo, pero poco productivos, como el turismo.