Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Marionetas de agua

27/03/2025

Durante a un viaje a Vietnam, casi por casualidad, recalamos en el teatro de marionetas de agua de Th?ng Long en Hanoi. Entusiasmados por ese fascinante arte ancestral, cuando vagando por las calles dimos con el taller de marionetas de un afamado artista local, entramos, sin pensarlo. Talladas en madera, primorosamente pintadas de vivos colores y lacadas, como solo podría hacerlo un paciente y metódico vietnamita, las figuras de la función acuática se repartían por las estanterías. Allí estaban los campesinos, los búfalos de agua y los patos de los arrozales inundados, los niños nadando, los pescadores, el héroe de la espada mágica y la tortuga dorada, el barco del rey y su sequito, los caballos, el coro de bailarinas y los animales sagrados que habíamos visto aparecer y desaparecer mágicamente por el agua del escenario. Su cercanía nos revelo alguno de sus secretos: los contrapesos, los rieles, las piezas móviles que flotaban, los mecanismos de cuerda o las largas varas que les daban vida a distancia, aunque no fue suficiente para satisfacer nuestra curiosidad.
Desde entonces, sin mucho éxito, siempre que me acordaba, indagaba sobre ello en los momentos de espera que aprovecho para buscar información, hasta que el otro día la fortuna me sonrío. Entre las noticias que divulga Horizonte Europa, programa marco de investigación e innovación de la Unión Europea, se reseñaba un proyecto, PuppetPlays, liderado por la Universidad Paul-Valéry Montpellier 3 para recopilar las obras de títeres de Europa Occidental (Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Suiza) desde el siglo XVII hasta el XXI, destacando su contribución a la construcción de una identidad cultural europea.
Los puppets son una de las modalidades de teatro más antigua y prácticamente la única para la gente que no vivía en las ciudades. Se empleaba para abordar temas complejos e importantes de forma entretenida y al poder representarse sin palabras, solo con imágenes y movimiento, circulaban fácilmente los mensajes entre países.
En España hay referencias desde las Cantigas de Alfonso X, pasando por el episodio del Retablo de Maese Pedro que nos cuenta Cervantes y a las obras que Falla, García Lorca y Valle Inclán crearon para este fin hasta los renovadores actuales de este teatro. Curiosamente, nosotros utilizamos palabras diferentes para cada tipo de animación: guiñol para los muñecos de guante, marionetas para los de hilo y de cachiporra para los que acaban dando bastonazos al poderoso o a la autoridad. Si bien, el término títere los agruparía a todos y a decir de Covarrubias procedería del ti-ti que hacían los actores al desvirtuar y falsear la voz con la lengüeta. 
Finalmente, di con un interesante ensayo de Kathy Foley, de la Universidad de California en Santa Cruz, que analiza cómo, favorecido por el gobierno, las marionetas de agua han evolucionado desde una actuación local y estacional de los pueblos campesinos del delta del Río Rojo hasta convertirse en un símbolo nacional e internacional del Vietnam contemporáneo que ha servido para que el mundo conozca su rica cultura y no solo la difundida por las películas de guerra norteamericanas.