Muchos quizá hayan oído esta expresión del latín memento mori, expresión anterior a los cristianos. Porque, ya en la antigua Roma se usaba en actos tan importantes, como lo eran cuando los generales romanos triunfantes de las batallas conquistadas para el esplendor de Roma, entraban en la ciudad eterna, en olor de multitudes, en un desfile excelso con vítores y alabanzas por la gloria conseguida. Justo en esos momentos repletos de gloria, orgullo y máxima felicidad por los éxitos conseguidos, dado que incluso, le incrementarían más fama y hasta más poder. Se usaba pues en esos momentos únicos, cuando iban en un pedestal de arrogancia y vanidad (aspectos realmente insanos), como si llegados a esos momentos sublimes, esos instantes, que ciertamente parecen que no tuvieran nunca un término final, es decir esos momentos son como infinitos.
Todo esto ocurría siempre montados en su carro triunfal, llevado por un excelente auriga, y con ellos con ellos iba un esclavo, que, sobre la cabeza del triunfador sin llegar a tocarla, sostenía en su mano derecha una corona de laurel, a modo de corona levitando sobre la misma. Todo ello, mientras el resto de los ciudadanos de Roma, enfervorecidos, eufóricos y enloquecidos, vitoreaban al héroe, mucho más y con más valor, que cómo lo hacen los actuales aficionados al fútbol, a su equipo cuando éste ha logrado vencer un campeonato.
Pues en esos precisos momentos, el esclavo, no dejaba de repetir al victorioso héroe al oído memento mori, una expresión latina, que se puede traducir, como: recuerda que morirás, o recuerda que eres mortal. Bien, pues por las trazas de esta sociedad de los tiempos actuales, que lamentablemente y por la desgracia que experimento constantemente me ha tocado vivir, aunque debo confesar, seguro que a mí particularmente siempre en todo tiempo de cualquier época me hubiera ocurrido igual, respecto de la sociedad y gentes de mi alrededor, hubiera sido una lamentable existencia.
Por ello y por lo que se ha venido vendiendo a la actual sociedad occidental de Europa, EEUU, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda o hasta Corea del Sur, parece ser que, nos siguen vendiendo que somos inmortales y por lo visto, por los mensajes que nos lanzan a cada momento las compañías, los políticos y todo aquel que quiere obtener sólo beneficio para si mismo de una manera desvergonzadamente egoísta, nos dicen constantemente que nunca nos vamos a morir. Pero hay que tener en cuenta, mucho más de lo que se hace, que la muerte en los hombres es inexorable. Por ello, creo que una muy pequeña minoría de esa sociedad occidental, y por ende afecta a todo el planeta, hace todo lo posible por vivir en una vida arrogante y llena de vanidad, a la par de ser una vida destructiva y terrible para el resto de los hombres que les rodean. Porque, saben que son finitos, y en ese tiempo corto hacen todo porque sea lo más cuasi infinito en una banalidad extrema, mal llamándolo felicidad, a costa que el resto de la sociedad viva cada vez más una tortura continuada, provocada por esa minoría indolente que, la componen los que mandan de arriba, es decir, todos los que están a los mandos, en lo privado, o también los que les ha puesto el pueblo 'soberano' e incluso en lo religioso, y también en…