Una autorregulación del producto del vino como tal, tiene muchos matices, que afecta a muchos niveles y momentos, me refiero a que le vino o mejor dicho algunos vinos, una vez terminados, tienen su evolución en cuanto terminación como tal y el momento de ser abierto y consumido. No obstante, con una buena y eficaz relación y conexión entre todas ellas, en verdad se podría conseguir sin tanta pérdida para unos muchos, y tanta ganancia para unos muy pocos, que forman los agentes o actores del completo del sector del vino. Por lo cual citaré, de una manera muy general, quienes son todos los agentes intervinientes en el vino, hasta el producto final llega a quien pueda leer estas líneas, el consumidor final (aunque también y estoy muy seguro de ello, también pueden leer esto, los propios actores y agentes del sector). Los primeros son los agricultores, que mejor dicho se le puede llamar viticultores. Los segundos que también algunas veces son viticultores, son los elaboradores, lo que se conoce usualmente como los bodegueros, que a su vez en una inmensa mayoría tienen sus servicios -»servicios comerciales»-para la venta de los vinos terminados, punto que confluyen los terceros agentes, que son los distribuidores, que a su vez son vendedores de muchas bodegas en según qué zonas, y que ellos de definen tener exclusiva de tal o cual bodega, para tal o cual área de venta. Siendo esto un aspecto un poco ambiguo, dado que eso de tener exclusivas es un poco difuso de entender, generando una posición de «privilegio» un tanto, urgg, en un teórico mercado libre (hasta donde yo sé). Los otros actores, aunque indirectos son los que, sin su aportación o presencia, gracias a sus servicios es muy complicado que el vino salga terminado, como lo son los transportistas, que bien podría ser el cuarto agente, tanto para llevar de un lugar a otro el reparto del vino terminado, como el de transportar el vino o mosto en depósitos en camiones y demás. El quinto agente bien puede ser toda la industria de los productos enológicos necesarios, como antioxidantes, estabilizantes, sílice, bentonitas, nutrientes (precursores de aromas, inhibidores de fermentación, multiplicadores de levaduras o activadores de la fermentación, proteínas o manoproteínas, levaduras, cortezas de levaduras, bacterias lácticas, proteínas, enzimas, conservantes, productos para la filtración, tiaminas (vitaminas), productos del azufre, ácido ascórbico, ácidos tartárico, cítrico, málico, láctico o bicarbonato potásico, carbón activo, sosas, etc. El sexto agente, es la industria del metal, porque es la que construye los depósitos de acero o las tuberías, u otros elementos en la vendimia como las tolvas y otros aparatos auxiliares. El séptimo agente necesario pertenece a la industria, como son las bombas de impulsión, las prensas de todo tipo, desde las antiguas que muchas personas han podido comprobar, que en su desuso son elementos para las rotondas de muchos municipios, donde en la actualidad no hay ni viñedos, y las actuales son de todo tipo, hidráulicas, mecánicas, abiertas o cerradas y neumáticas…