Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Ya no cuela

24/01/2024

Hemos vivido durante 16 años un abandono más que visible en el cuidado y protección de la ciudad de Toledo con los gobiernos de Page y Tolón. Uno y otra se enfrentaron entre sí en los últimos años para ralentizar, cuando no paralizar los proyectos necesarios para proyectar a la imperial ciudad hacia el futuro.
La no construcción de infraestructuras de comunicación, la incapacidad para promover planes de movilidad pensados, planificados y debatidos, la ignorancia para no ver la necesidad de incapacitar un POM que colapsaba por todos lados y crear uno de futuro, así como su escaso talante de diálogo enriquecedor, sino simplemente soberbia y poca altura de miras, han puesto en serio riesgo las posibilidades de nuestra capital castellanomanchega para competir en una sociedad del siglo XXI.
No siendo suficiente con ello, hoy día , tras un cambio de color político municipal en todo el orbe español, los hay que aún no se han dado cuenta de la finalización de sus funciones municipales. 
Desde las instituciones se ha de trabajar por colaborar para generar e implementar proyectos de interés para la población, no para escenificar enfrentamientos y pataletas de unos contra todos. 
En la palestra de la ciudad está la inoperancia demostrada por el anterior gobierno socialista para el barrio de Palomarejos; el exceso de pintura en la conexión con Benquerencia y ausencia de alquitrán; el benemérito cuartel arrojadizo entre instituciones y ubicaciones; la destacada dejadez en la tramitación de licencias de obras; concesión rallando la legalidad de apartamentos turísticos en zonas residenciales y, así, un largo etcétera en los proyectos de mayor tamaño entre los que el tren siempre era tema recurrente como cortina de humo sobre otros temas que empañaban su escaso éxito de gestión. 
En lo cotidiano no andaban mejor, el casco histórico con calles abandonadas, ruinosas, muralla sin reparaciones, y sistema de recogida de basuras anacrónico. De los edificios abandonados no digamos, ni Quixote, ni calle Dinamarca, ni tan siquiera la Alhóndiga o la casa de las Cadenas tenían proyecto ni viabilidad, porque no había ni ideas ni intención.
Ya no cuela que desde la Delegación del Gobierno se quiera revertir la voluntad electoral, los proyectos socialistas municipales perdieron, muestren clase y lealtad democrática,  desde Zocodover, con el futuro de la ciudad.