Talavera de la Reina en los primeros años del siglo XX vive un momento de efervescencia económica, social y cultural. Por una parte, un buen grupo de emprendedores da un gran empuje en el campo de los negocios a la ciudad, por otra, una generación de intelectuales: profesores, médicos, abogados, periodistas, ingenieros... pondrá lustre a una de las etapas doradas de la historia de Talavera.
Uno de esos personajes será el doctor en medicina Francisco Andrés y Henche, que podemos encuadrar en los dos grupos, pues Henche no solo atendía la faceta profesional en su afamado consultorio de Medicina, Cirugía y Electroterapia, primero en la calle de los Úbedas -siendo aún médico titular de La Pueblanueva- y luego en el número 14 de la calle del Sol, creando el primer equipo de Cirugía y Asistencia a Partos de la ciudad o el Sanatorio médico-quirúrgico del Carmen en la Plaza de Santa Leocadia… sino que además, abrió su propia fábrica de Cerámica, Cerámica Henche, con notable éxito y originalidad, cuestiones que ya han sido convenientemente estudiadas y publicadas.
Por lo que yo traigo hoy a colación al doctor Francisco Andrés y Henche a este rincón es por un motivo menos conocido y ciertamente curioso y es que en 1921inventó y patentó una vulcanizadora para cubiertas con el nombre de 'Vulcanitass Henche', en España, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Portugal. Henche diseñó y confeccionó por su mano todos los aparatos vulcanizadores que componían el ingenio y realizó concienzudas pruebas. Desconozco si le compraron la patente en alguno de esos países y si tuvo éxito o no el aparato, será cuestión de averiguar, de lo que no tengo dudas es de que el médico tomó como referencia al inquieto e imaginativo talaverano Julio García Moya, que tres años antes había inventado y construido la primera vulcanizadora portátil española para arreglar pinchazos y reventones de las cámaras de los neumáticos de automóviles y motocicletas, patentada con el nombre de 'Vulcanizadora Moya', un mecanismo sencillo y fiable con el que se obtenían unas reparaciones duraderas y de la que vende muchísimas unidades. Con el invento de Henche se cerraba el círculo, la 'Vulcanizadora' Moya arreglaba la cámara y la 'Vulcanitass Henche' la cubierta. Ambas ideas fueron verdaderas revoluciones técnicas para los automovilistas de la época y ambas nacen en Talavera.