Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Qué nos habrá de venir

15/01/2025

Durante el año 2024 se han batido todos los récords de ocupación turística aupándonos a la cúspide de atracción internacional. El gasto turístico por día de nuestros turistas internacionales supuso que nuestro PIB se mantuviera a flote en tiempos de crisis y la actividad económica no se desplomó como en otros países europeos. 
Al cabo de los años, tras la crisis Covid-19, cada día más personas dedican su ocio a estar fuera de su lugar habitual de residencia: turistear que diría un amigo en el bar. Pero ¿tanto turismo supone algo de valor para nuestras vidas?, ¿proveen de valor añadido a los destinos que se visitan y nos proveen de experiencias vitales, o simplemente es un mata-tiempos? mucho selfie y poco pan.
Diferentes destinos se encuentran en la dicotomía de elegir entre más turismo o más calidad turística. En muchos casos, la mayoría, supone el sacrificio de lo cuantitativo para apostar por lo cualitativo. También puede ser contraproducente, ejemplos hay de aumento de calidad y mayor atracción de turistas convirtiendo un destino, por la magia de la oferta y la demanda, en un lugar inaccesible para ciertos segmentos poblacionales. 
Para decidir, en primer lugar, se deben tener claras muchas cosas y, en muchos destinos, no están ni han estado preparados para escuchar la mayoría de ellas, no por insoportables ni por inviables, sino por no tener ni el conocimiento ni la preparación profesional y técnica para poder afrontar las decisiones que fueran necesarias y llevarlas a cabo.
¿Qué se busca con el incremento en la calidad del turismo? ¿Incrementar el gasto por día? ¿incrementar los ingresos por tasas e impuestos? Más de uno se queda en esa afirmación simplista, plenamente superficial e inane. La calidad turística no sólo atiende al visitante que llega a un lugar diferente a su lugar habitual de residencia, sino que también impacta, positivamente, en el residente y en su calidad de vida. 
Apostar por la calidad turística de un destino supone mejorar globalmente un municipio: agilidad de servicios públicos, limpieza, transporte urbano y movilidad interna, señalética y mobiliario urbano, mantenido y limpio. Mayor calidad turística supone formación continua para mejor atención al cliente, mejor manejo de idiomas, mejores ratios de personal, aumento y mejora de negocios ofertados, no sólo para turistas. 

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