No se equivoque el lector. Desde ahora les digo que no se trata de un caso de divorcio de verdad, de los que desgraciadamente estamos acostumbrados a ver a diario. Se trata de una separación y un "divorcio" deportivo protagonizado por el Club de Atletismo Toledo y Unicaja. La firma financiera malagueña, después de patrocinar en los últimos años y con diversos nombres ha decidido no renovar el apoyo económico y publicitario al equipo más veterano, numeroso de la región y por donde han pasado decenas de atletas internacionales hombres y mujeres.
El CAT comenzó su andadura en 1979 y desde entonces su progresión en número de licencias, de escuelas deportivas de organizar controles, de montar el Cross y Marcha Espada Toledana, el único que figura de nuestra provincia en el calendario nacional, ha sido constante. Siempre se ha nutrido económicamente de las cuotas de sus socios, de subvenciones y dinero recibido por colaborar en el montaje y organización de muchas pruebas. Por su experiencia y seriedad han contado con él en numerosas poblaciones y carreras.
Desde 1990 el patrocinio lo asumió la entonces Caja de Ahorro Provincial de Toledo, luego CCM, Liberbank y hace poco más de tres años Unicaja Banco. Esta última palabra se había caído ya y los rectores de la entidad financiera les habían avisado que a partir del 1 de enero de 2025 los dejaban de patrocinar. Y así ha sido; han consumado el aviso. Años atrás, en los comienzos, fueron ayudados por Alcatel y Deportivos Jucundiano.
Es evidente que a Unicaja apuesta más por su club profesional de baloncesto y otros patrocinados, que el atletismo en Toledo, ya que este deporte no da beneficios y se proyecta, sobre todo, en el deporte base. ¡Cuántos atletas internacionales se han formado en sus filas y después han dado el salto al profesionalismo u otros equipos más potentes!
El CAT necesita dinero y apoyo. No puede reinventarse y subsistir del aire. De ahí, que se imponga el que instituciones o firmas como la Diputación Provincial, Junta de Comunidades, Eurocaja Rural, Puy du Fou, o similar arrimen el hombro y salven la situación. Sería una lástima que un club de 350 miembros, muchos de ellos en edad de formación educativa y deportiva tuvieran que colgar el calzón y la camiseta porque quien puede no se prestan a ello. Como ejemplo más cercano podemos citar al Club Atletismo Albacete, auspiciado por la Diputación. En fin, hay tarea por delante y una ocasión clarísima para que las principales instituciones respondan. La propaganda ya se sabe, la mejor, el boca a boca no la que se anuncia en los medios y encima sufragada con pólvora ajena.