Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2023, el número de lectores por ocio o en tiempo libre, es decir, los que leen voluntariamente al margen de motivos de estudio o trabajo alcanza el 64% de media en nuestro país, siendo más del 73% en Madrid o del 68% en Cataluña o Navarra mientras que en las Comunidades Autónomas de la mitad sur insular y peninsular el porcentaje de lectores es inferior al 60 %; es decir, son los territorios con mayor desarrollo y donde hay grandes concentraciones urbanas los que presentan los índices lectores más elevados frente a que aquellos en los que prevalece la población rural.
Los datos del estudio muestran diferencias relevantes atendiendo a aspectos como niveles de edad, género, nivel educativo y ámbito poblacional en el que se vive de forma que se puede apreciar cómo las desigualdades socioeconómicas y territoriales se reflejan en las diferencias en el hábito lector.
El Barómetro arroja, al menos, otras cuatro informaciones relevantes pensando en el futuro de los hábitos lectores. Que el espacio principal para la compra de libros son las librerías. Que uno de cada cuatro personas mayores de 14 años ha ido a alguna biblioteca y la valoran positivamente. Asimismo pone de relieve que el porcentaje de lectores disminuye a medida que aumentan los tramos de edad de la población. Finalmente se constata que en la última década ha aumentado notablemente la oferta de alternativas de utilización del tiempo libre que compiten con la lectura.
El examen de estos datos y el futuro que proyectan justificaría implantar en nuestra Comunidad Autónoma una iniciativa, similar a la que ya existe a nivel nacional en algún país, consistente en la concesión de un sello de localidad capital de la lectura mediante el que se apoye los mejores proyectos, iniciativas y actuaciones en favor del libro y la lectura dirigidos a estimular el hábito y la frecuencia lectora, el incremento del número de lectores, el reconocimiento de las buenas prácticas públicas y privadas de valoración de la imagen social de la lectura como medio de empleo del ocio y el tiempo libre y la mejora de la oferta cultural.
Si en 2023 Génova fue nombrada capital italiana del libro, en 2024 lo ha sido Taurinova, una ciudad de 15.000 habitantes y dos librerías pero que ha formulado un proyecto que representa una vía de renacimiento para esta villa (en 1991 su ayuntamiento fue disuelto por las conexiones entre la administración municipal y asociaciones de tipo mafioso) a través de infraestructuras culturales, inmateriales, valorativas y también materiales vinculadas al libro y la lectura, siendo una relevante actuación de la candidatura precisamente la inmediata apertura de su primera biblioteca pública.
El caso de las dos últimas capitales italianas del libro son un ejemplo palmario del interés y la importancia que ese título significa. El importe económico de la concesión es, nominalmente, quinientos mil euros, una cifra menor para Génova, con unos 600.000 habitantes e ingresos en su presupuesto consolidado superiores a 2.600 millones de euros en 2022. Siendo esto así en el caso de la ciudad de Liguria, resulta fácil imaginar el estímulo que significa para la pequeña localidad calabresa.
El otorgamiento de un título o designación a una institución como modelo para el desarrollo futuro de un proyecto o iniciativa relevante normalmente no es sencillo, pero también es cierto que puede constituir un estímulo importante para municipios de diferentes características en orden a diseñar, planificar y ejecutar el programa elaborado, y ello incluso aun no obteniendo el reconocimiento.