Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Doctor en golpes

17/01/2025

Todo el mundo sabe que el título de Pedro Sánchez en economía es más falso que un billete de once euros. Primero, está demostrando que de economía solo aprobaría la asignatura de demagogia; segundo, porque la tesis con la que consiguió el título, además de tener buena parte plagiada ni siquiera la ha hecho él. 
Pero, aunque no sea en economía, Pedro es doctor, y cum laude. Lo es en golpes de estado. En esta materia nadie le puede negar su maestría. Como las arañas más hábiles, ha ido tejiendo la tela en la que ha envuelto todos y cada uno de los resortes del poder, para dejarlos todos sometidos a su libre albedrío, es decir, a su capricho.
Es obvio que Pedro Sánchez tiene alma de dictador. Este es el primer requisito para la empresa desarrollada. Su admiración por regímenes 'tan democráticos' como Cuba, Venezuela o Hamás, y su gobierno con los comunistas de PODEMOS, no dejan lugar a dudas de su maligna ideología. 
Con esa convicción ideológica y careciendo de conciencia que le cause remordimientos, la estrategia ha sido clara: dominar todos los resortes del poder. La táctica empleada no ha podido ser más simple: comprar pastueños para colocarlos en los puestos claves y así: ¿Qué juez ha reconocido públicamente «no importarle mancharse la toga con el polvo del camino» que es tanto como pregonar que su ideología prima sobre el derecho? Pues a uno lo coloca en el Tribunal Constitucional, con lo que, el resto de este poder del estado queda desactivado. Ahí están las sentencias de los ERES andaluces. El resto de los tribunales pueden causar alguna molestia a Pedro Sánchez, pero al final, su hermano será declarado héroe nacional en su faceta musical, su mujer más virtuosa que la Rut bíblica y a Álvaro García Ortiz premio pulitzer a la difusión de datos.
Evidentemente lo que más fácil le ha resultado es hacerse con los diputados de su partido. Es tan fácil,… con nombrar candidatos a los más apegados al pesebre: los que no tienen amor alguno a ganarse el pan con sudor de su frente, los que no tienen donde ganárselo, aderezado por su incompetencia… no es difícil.
Lo que más le costó es conseguir mayoría en el Congreso habiendo perdido las elecciones; pero ahí también uso una táctica infalible: dar a cada uno lo que pidiera sin reparar en gastos. Si tiene que aprobar una ley de protección a la mujer que libera los violadores, se aprueba; si hay que aprobar una ley de vivienda que perjudica a los propietarios y masacra a los inquilinos, se aprueba. Si hay que vaciar una o varias regiones de competencias del estado hasta hacerlo desaparecer, se vacía. Y así, sin que el candoroso pueblo que gobierna, incluso con el aplauso de una gran parte de él, ha llegado al dominio absoluto, demostrando a Nicolás Maduro, su admirado y protegido presidente, que no es necesario tanto ruido ni amenazas para conseguir el poder absoluto.
Por esta 'magistral' trayectoria a favor de su ideología totalitaria, sí merece Pedro Sánchez el título de doctor, incluso 'summa cum laude'… Pero toda obra humana tiene su tendón de Quiles: España es una monarquía y no una república y eso evitará, seguramente, la culminación de la terea que se propone: gobernar sin freno alguno y eternamente.