Si leen esta columna recordarán que hace unas semanas cuando escribía mis peticiones a los Reyes Magos, interrumpí la carta por la prosaica razón de que se acabó el espacio. Hoy no quiero destinar muchas líneas recordando que copiaba la misiva que mandé a los tres Magos de Oriente con peticiones para mejorar la vida de Talavera, su comarca y quienes estamos en ellas.
Mi favorito desde pequeño ha sido Gaspar por ir en medio y parecerme más propenso al olvido y porque los otros dos, Melchor por veterano y Baltasar en razón de su raza, seguro que tienen mayor número de seguidores. Pedía a los tres una mejora de comunicaciones, acabar con lo que considero ciertos abusos y arbitrariedades de las empresas que transportan viajeros a Talavera y otras cosillas.
Con la excusa de la carta repaso carencias y abandonos culpables que sufren Talavera comarca y los que vivimos, nacimos y pacemos aquí. Hay cosas que prometieron y jamás cumplieron hace años como como las industrias y maravillas con las que nos embaucaron cuando dijeron que nos compensaban por el secuestro del Tajo y el Alberche y de las que hemos visto muy poca cosa por no escribir nada. Al contrario, en varias ocasiones se hubiera dicho que hubo una –o unas- manos negras- empeñadas en entorpecernos, estorbarnos, menguarnos, ignorarnos, aburrirnos, y fastidiarnos. Seguro que ya dirá alguien lo típico de «ya está el talaverano quisquilloso y molesto acusando a los demás». Sí. No lo discuto, no niego nada. Me quejo porque estoy seguro que tengo que desahogarme y decir lo que pensamos muchos. Intuirán que un declive como el de Talavera surgido de la nada sólo puede explicarse por dos razones: o nos ha mirado un tuerto o en los centros de poder de la Junta decidió alguien practicando juego sucio y de carácter maquiavélico que había que alterar el peso económico, demográfico y político de Talavera y su órbita de influencia y trasladarlo a zonas mucho más próximas a La Mancha. Quizá porque Talavera es la parte castellana de lo que llaman Castilla la Mancha. Y así estamos. Aunque no soy partidario de teorías de la conspiración, menos lo soy de las miradas de los tuertos. Ahora hay que esperar el AVE, la instalación de alguna industria importante, la ampliación del hospital que se necesita con urgencia. La llegada de nuevas carreras al campus de Talavera y lo sabido y repetido tantas veces.
No creo que exista gente tan desesperante como los que según cuentan, proyectan y estudian el nuevo trayecto del AVE. Lo natural es que como desde hace muchos siglos pase por Talavera. Desde siempre. Que terminen ya, que a este paso de tanto estudiar y estudiar acabarán como don Quijote confundiendo gigantes con molinos.
¡Terminad de una vez!