La depuradora de Estiviel podrá dar servicio a 270.000 habitantes

J. Monroy | TOLEDO
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El Ayuntamiento recepcionó ayer la nueva depuradora de Estiviel y su colector de 5,7 kilómetros, que ha financiado el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente a través de Acuaes

La depuradora de Estiviel podrá dar servicio a 270.000 habitantes - Foto: Yolanda Redondo

J. Monroy | TOLEDO

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El Ayuntamiento de Toledo recepcionó ayer la nueva estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Estiviel, así como el colector de 5,7 kilómetros que hasta allí llega, que ha construido la empresa pública Acuaes. Se trata de unas infraestructuras pensadas para atender a 270.000 personas, y dar cabida a todas las necesidades previstas para un futuro en la ciudad en su Plan de Ordenación. La creación del EDAR de Estiviel ha supuesto una inversión de 24,2 millones de euros, y permitirá depurar un caudal medio de 36.000 metros cúbicos de agua al día.

La nueva depuradora de Estiviel sustituye a la cercana de Los Lavaderos, prevista para ochenta mil habitantes, que estaba casi al noventa y cinco por ciento de su capacidad, y que además tan sólo eliminaba materia orgánica y sólidos en suspensión. Las nuevas instalaciones más que triplican la capacidad de aquellas, y además cumple también con la nueva directiva de Zonas Sensibles del Río Tajo, que obliga a la eliminación de nutrientes. Además, se han alejado a nueve kilómetros del núcleo urbano más cercano.

Se trata de la segunda depuradora de la ciudad, junto a la del barrio del Polígono. Dará servicio al resto de la ciudad, así como a parte de las localidades de Bargas y Olías, una vez esté concluido el colector del Aserradero, que se incluye dentro del mismo proyecto.

Aún así, la planta continuará holgada. La depuradora cuenta con tres líneas de actuación para cada uno de sus procesos, de los cuales actualmente tan sólo está utilizando entre una y media o dos. Podría trabajar con mucho menos, pero de esta forma tiene mucha más capacidad de amortiguación de posibles vertidos en el proceso. Aún así, la EDAR ha sido diseñada para no quedarse pequeña, y además de la línea de reserva, existen en la planta espacios para futuros crecimientos, por su fuera necesario. Así, se podrían crear incluso dos líneas más.

Trabajo en aguas y fangos. La nueva depuradora trabaja sobre las aguas y los fangos que produce, e incluso crea su propia energía a través del biogás de los tratamientos anaeróbicos. Lo primero que elimina del agua que le llega de Toledo es la materia orgánica y los elementos químicos de la contaminación urbana. Lo hace a través de tratamientos convencionales. Además, hace un tratamiento de nitrógeno y fósforos, para poder verter con los parámetros que dicta el Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo.

Sucesivamente, el agua pasa por un decantador, un pretratamiento, un desalinado y desengrasado, una decantación primaria y un decantador biológico especial. Después pasa por una decantación secundaria de forma previa a su vertido al río.

La planta dispone además de un tratamiento terciario donde se afina mucho más la calidad del agua para un doce o un trece por ciento del volumen que recibe. Estas aguas pasa por una desinfección por ultravioleta y un microtamizado para mejorar la calidad del vertido por encima de las exigencias de la normativa, y también para conseguir agua para servicios de consumo de la planta. Se utilizará tanto para el riego de jardines, como para la preparación de una serie de reactivos de tratamientos de fangos y de la propia planta.

Paralelamente al tratamiento de las aguas, que acaban limpias en el Tajo, la nueva depuradora dispone de un tratamiento de fangos. Estos pasan por tratamientos de espesamientos, concentración, digestión y deshidratación. Como no tendrán metales pesados o elementos nocivos, serán utilizados para la agricultura.

Finalmente, la EDAR produce con los residuos que genera entre un treinta y cinco  y un cuarenta por ciento de la electricidad que consume. La digestión anaeróbica (en ausencia de oxígeno), que reduce el volumen de fangos y los homogeniza, produce un biogás en forma de metano, que también utiliza la planta. En estos momentos, la depuradora consume el propio gas que produce, y lo transforma en electricidad, lo que facilita un menor coste de explotación.