En primer lugar mi más sentido pésame a los familiares de los fallecidos a causa de la DANA que ha asolado nuestro país, con especial mención a los vecinos de las provincias de Cuenca y Albacete que siguen trabajando en la búsqueda de los desaparecidos y en recomponer sus calles, sus casas, su forma de vida.
Pero, la actualidad de hoy pasa por hacer repaso, también, del camino que han decidido tomar los norteamericanos, y el que quieren que recorramos el resto del occidente civilizado. Kamala o Trump, ahí estaba la cuestión.
Dar la espalda a que esta decisión, tomada a miles de kilómetros de distancia, que nos afecta, y mucho, es de una falta de perspectiva total sobre el momento en el que vivimos. Ya no nos planteamos si globalización o glocalización, nos planteamos si estamos en suficiente posicionamiento para poder tener relaciones comerciales, políticas y jurídicas de interés y alta competitividad.
El que algunos medios de comunicación acallen la realidad que vivimos en el día a día, no supone que dejen de existir los problemas. El que no salga en TV lo que está pasando, no quiere decir que todo vaya como la seda. Nos escandalizamos por la precarización de los servicios, pero la chupiguay de la vicepresidenta nos alerta con soflamas anarcosindicalistas amenazantes, y aquí no pasa nada.
Qué tienen que ver Donald Trump y Kamala Harris con Castilla-La Mancha, todo y prácticamente nada. El tono, las formas, la falta de control sobre lo que se dice o se quiere dejar caer para interpretación y, generalmente, malinterpretación de lo que ha de venir. Los aranceles impuestos por Trump a los productos agroalimentarios, o su no recuperación por Biden van más allá de las relaciones comerciales. Hemos dejado de ser socio de interés hacia lo que nos ocurre o nos puede ocurrir.
El que Francia apoye a otros por delante de España, puede ser históricamente comprensible, pero que el gobierno de Sánchez se haya posicionado junto a Maduro, los Ayatolás o Hamás, de la mano de la ignorante izquierda radical actual es una espada de Damocles que nos estará acechando sine die. Los resultados en Estados Unidos serán para el mundo occidental civilizado un susto o muerte. Surprise, surprise, pero tampoco hagamos muchos aspavientos, todo será merecido.