Conozco un matrimonio que en pocos días tendrán la dicha de celebrar sus bodas de oro matrimonial; algo a lo que pocos llegan. El pasado jueves finalizaba la etapa en la que Miguel España Muñoz, dueño de "Miguel España e Hijos" (embutidos y jamones), con sede en Escalonilla, dejaba el padrinazgo de 2023 de MARSODETO. Miguel está casado con Sagrario Santurde Marugán y en la práctica han ejercido los dos como padrinos, pues en las visitas y actos realizados durante el año han acudido los juntos.
He tenido la suerte de acompañarlos en alguna, además de la que hizo la Junta Directiva de Marsodeto (de la que formo parte como secretario), a la fábrica de Escalonilla. Fueron unas horas inolvidables conociendo los entresijos del sector y aprendiendo muchas cosas de interés. Al finalizar la visita, coincidimos con un colegio y un grupo de Canadá y a los pocos minutos ya habían enmarcado nuestra foto de familia que guardaré toda mi vida
Lo menos importante fue que el aperitivo y la comida servida fueran de una calidad exquisita regada con champán. Comprobé cómo las personas que nos sirvieron tenían una cercanía especial con los dueños e igualmente Miguel y Sagrario se levantaron colocando los platos y sirviéndonos en la mesa como uno más. Hay detalles que se aprecian a la legua.
Dice el evangelio que lo que haga tu mano derecha no lo sepa la izquierda y viceversa. Pero como no hay regla sin excepción, creo que en este caso me tomo la licencia y perdonen por descubrir un detalle que tuvieron en los postres y el café. Mirándose los dos nos dijeron que para la celebración de sus bodas de oro habían invitado a más de un centenar de personas y les habían dicho que no querían regalos materiales. Que habían abierto una cuenta bancaria y que en ella depositasen solo dinero y que éste lo donarían para Marsodeto.
Imagínense el puntazo que supuso para nosotros Es como si nos hubiesen sacado de la UVI y nos hubieran trasladado a una habitación, dado que esa cantidad nos ayudará para financiar los proyectos que tiene Marsodeto y no depender tanto del dinero público que recibimos para atender nuestros proyectos y gastos.
Otro detalle no menor. Para el relevo del padrino se trajo jamones de su fábrica y a un empleado suyo que cortó magistralmente el jamón servido durante el ágape. Algo que apreció hasta el más torpe e indica su bonhomía.
Sé que para todos ha sido un año inolvidable, pues han conocido de cerca el mundo de la discapacidad intelectual y las penurias económicas que la mayor parte de las asociaciones sufren, entre otras cosas, porque generalmente las administraciones no aportan los recursos necesarios para un mantenimiento digno. Para Marsodeto, que este año cumple sus bodas de plata como Federación, supone un acicate más para esforzarnos entre todos y conducir la nave a buen puerto. Y al padrino cesante darle nuestra enhorabuena y expresarle nuestra gratitud.