Jorge Jaramillo

Mi media Fanega

Jorge Jaramillo


Hasta que llegue el frío

21/10/2024

Los ganaderos de ovino de la región y de media España, entran en el último túnel del año con la mirada puesta en el calendario de los fríos. Solo una bajada notable de las temperaturas permitirá sujetar a corto plazo, la expansión de las nuevas variantes de lengua azul que pululan por amplios radios de acción de la península, gracias al vuelo de los mosquitos, vectores de una enfermedad que no se transmite a los humanos, pero que está causando el desasosiego de los productores en el momento comercialmente más crítico del año por la mortalidad que generan algunos de los nuevos serotipos. 
Diariamente el RASVE, el registro de alertas sanitarias veterinarias del Ministerio de Agricultura (MAPA), publica la expansión de la mancha según va confirmando el laboratorio de Algete la aparición de nuevos focos. Hasta ayer por ejemplo, no había ningún caso del tipo 3 en Castilla -La Mancha, el más temido por la mayor mortalidad y la ausencia de vacunas, aunque ya está demasiado cerca tras haberse detectado varios casos en los municipios abulenses de Candeleda y de Poyales del Hoyo, a muy pocos kilómetros de los primeros pueblos toledanos limítrofes, y donde también hay una densidad ganadera importante. Antes de que saltara, los trashumantes de la Sierra de San Vicente que seguían pastando en el Puerto del Pico (Ávila), optaron por adelantar la vuelta casi un mes antes de lo habitual.
Ocurre lo mismo con el serotipo 1, también desconocido en la región hasta ahora, pero presente desde hace días en Rosalejo (Cáceres), igualmente muy cerca de estos puntos de la comarca ganadera de Oropesa, lo que ha activado restricciones de movimiento. En el caso del serotipo 8, el viernes se declaró el primer foco en la provincia de Ciudad Real, en el término de Daimiel; una semana antes se había confirmado en Sonseca, Consuegra, o Tembleque (Toledo).
Con todo, y dadas las temperaturas suaves de octubre, es fácil pensar que hoy mismo, mañana, o en los próximos días, aparezcan muchos más casos; de hecho, con la boca chica, algunos reconocen que hay sintomatología sospechosa en otros puntos de la comunidad que ya se estaría analizando. Al final, en este sector, todos hablan, y todos se conocen. 
Sin embargo, esto no es lo más importante si la coordinación entre los territorios, entre las comunidades autónomas, se hace desde criterios estrictamente veterinarios para minimizar el impacto sanitario y económico que pueda representar cualquier restricción de movimientos (el pasado jueves se reunieron todos los jefes territoriales de servicio). Las última subidas de precios en las lonjas, por ejemplo, se achacan a la imposibilidad de sacar corderos desde Extremadura que es la principal región productora con casi 1,8 millones de cabezas al año. Tampoco hay que olvidar que desde que se desató la crisis de la viruela, hace justo dos años del primer caso de Villaescusa de Haro (Cuenca), la cabaña ha sufrido un roto del que aún no se ha recuperado del todo. Faltan corderos.
Por ello, si hubiera vacunas suficientes (hasta febrero no se esperan), los agobios serían inapreciables, pero como los laboratorios no pueden acelerar más su fabricación, la única solución está en el tiempo. Y el tiempo pasa sin que -aparentemente- mucho más se pueda hacer.