Miguel Ángel Dionisio

El torreón de San Martín

Miguel Ángel Dionisio


La mala educación

16/10/2024

No se preocupen, que no les voy a hablar de cine, y mucho menos de ninguna película de Pedro Almodóvar. Quiero, una vez más, invitarles a reflexionar acerca de uno de los mayores dramas que estamos viviendo, tal vez sin ser conscientes de su magnitud, en España. Porque más allá del ruido mediático del cenagal en el que se ha convertido nuestra vida política, mucho más grave que amores y desamores regios y plebeyos, infinitamente más preocupante que los «dramas» con que los tertulianos «todólogos» narcotizan a los televidentes, está la catástrofe sin paliativos de la educación española.
Llevamos años sometidos a una desquiciante vorágine de leyes educativas que sólo han traído una abrumadora y paralizante burocracia que nos aleja de nuestro verdadero fin, que es la transmisión de conocimientos. Esclavizados por la tiranía absurda de unos pedagogos de salón, que ensoberbecidos y encerrados en sus torres de marfil se niegan a aceptar el fracaso de sus proyectos, tantas veces demostrado en las aulas. Hundidos en muchas ocasiones en la desesperación ante un alumnado que cada vez presenta mayores índices de ignorancia, que va promocionando sobre el papel, pero que será carne de cañón de la explotación laboral en el futuro. Sometidos al escrutinio de «gurús» mediáticos que, sin haber pisado un aula, pontifican sobre cómo hay que impartir las clases, siempre prontos a señalar con el dedo acusador al atrevido profesor que no se somete a la dictadura de su sabiduría.
Esto es sólo una muestra de un largo rosario de problemas, que se van acentuando con los años y que conducen a que tengamos quizá la generación más titulada, pero en ningún caso la más preparada de la historia. Año tras año, en mis grupos de primer curso de carrera en la Universidad, veo como el nivel sigue descendiendo, tratando, impotente, de achicar algo de agua del barco que se hunde.
Por ello ha sido una auténtica bocanada de esperanza leer unas declaraciones de Nuno Crato, antiguo ministro, entre 2011 y 2015, de Educación en Portugal, un matemático que condujo al país vecino a obtener los mejores resultados educativos de su historia gracias a recuperar la exigencia en el curriculum, a centrarse en el aprendizaje de la Lengua y las Matemáticas, junto a las evaluaciones externas y el apoyo a los alumnos con dificultades.
Crato, frente a lo que proponen tantos vendehúmos que ocupan la atención mediática, defiende la recuperación de los libros de texto, que define como «la introducción al mundo de la lectura inteligente», a la vez que destaca que los profesores debemos concentrarnos en enseñar a nuestros alumnos; volver a la lectura en papel, en lugar de las tabletas y ordenadores; utilizar lápiz y papel, que ayuda a registrar mejor los datos en la mente.
Quizá, después de tanto papanatismo educativo, estemos volviendo a la sensatez. Porque sólo una educación de calidad hace sociedades libres, prósperas y democráticas.