Pedro Carreño

La Ínsula

Pedro Carreño


La columna que falta

23/07/2024

Se va usted de vacaciones, señor columnista, sin despedirse de mí. Es tal mi desconsuelo que no le extrañará, por tanto, si denuncio públicamente su comportamiento. Una actitud que reconozco, me rompe el corazón por su aparente desprecio. Así las cosas, me atrevo a decirle -y ante los ojos de sus lectores-, que no tiene usted perdón de Dios. Ni lo encontrará, caso de buscarlo.
Me consta que el director de este gran periódico, le ha dicho que hasta el próximo tres de septiembre no envíe nada a este rotativo. Y yo me alegro, a la vista de cómo se ha comportado conmigo en estos últimos once meses, y lo publicado en este espacio tipográfico en todos estos martes.
Por si aún no lo sabe, soy la columna que no ha escrito este año. Esa que dice usted que siempre tiene en la cabeza, pero que por hache o por be, nunca se atreve a escribir. Soy esa que, según dice a los más próximos que aún le escuchan, va a remover conciencias y cambiar gobiernos. Soy la columna que no se atreve a escribir, y usted sabrá porqué. Supongo -y es mucho suponer-, que no me ha sacado del teclado por torpeza o por ignorancia. O bien, por el miedo a las consecuencias que pudiera acarrearle. En su pueblo, con sus amigos, o con algunos presuntos compañeros de profesión, que vaya usted a saber. Soy esa columna encerrada y encadenada en su mente. Allá usted si se autocensura. Luego no se queje.
Mientras que se decide, sepa que estoy escondida en la invisibilidad del folio en blanco. No dirá usted que, desde hace justo hoy un año, no ha tenido argumentos para publicarme. Que si los indultos, que si la amnistía, que si las mascarillas fake, el Máster, la orquesta de Badajoz, la máquina del fango, los homenajes a terroristas, las maletas de Venezuela, el tal Koldo, los siete de Puigdemont, el intermediador de Ginebra, las elecciones europeas, el de Mecano, la ruptura de los pactos autonómicos, etc y etc. Todo esto, sin olvidar algunas cosas de su querido pueblo, que sé que no le han gustado. (Sobre este asunto, le sugiero tenga presente aquellos versos de George Brassens, hablando sobre la reputación local. Instructivos)
Por si acaso anda corto (me refiero de temas), le adelanto algunos en los que me gustaría verme encarnada y publicada. Se que tiene en la cabeza escribir sobre el histórico Instituto Garcilaso, en el centro geodésico. Me consta que no se olvida del Rollo que protagoniza la plaza de la Villa. Y que quiere contar alguna coseja sobre el busto de Fray Melchor Cano. No se olvide sacar del olvido a algún barrudo ilustre, como fue 'Marcelinillo'. Un gigante en las fiestas de los Dominguín, pese a su liliputiense estatura.
A lo mejor, en septiembre, hasta le toca escribir sobre elecciones. De las catalanas o de las generales, que ya dirá el Todopoderoso (el del altar, me refiero). En todo caso, aquí me tendrá. Pese a estar enfadada con usted, me tiene a su servicio. Aproveche y descanse. También se lo deseo a sus lectores.