The New York Times ha publicado la lista de los 100 mejores libros de este siglo a juicio de los encuestados, entre los que se encuentran editores, críticos, periodistas o autores como James Patterson, Karl Ove Knausgaard, Ramón Díaz o Stephen King. El número uno de la clasificación lo ha obtenido la obra editada hace unos años en español con el título "La amiga estupenda", que constituye el primer volumen de lo que se convertiría en la excelente tetralogía de novelas napolitanas de Elena Ferrante y que el suplemento literario del diario neoyorkino califica como "uno de los principales ejemplos de la llamada autoficción, una categoría que ha dominado la literatura del siglo XXI. Leer esta novela inolvidable y sin concesiones es como andar en bicicleta sobre grava: es arenoso, resbaladizo y estresante, todo al mismo tiempo".
Como toda clasificación es discutible: en primer lugar, ¿qué se entiende por mejor?, pues cada uno de los que participaron podía considerar el concepto a su manera, la única regla es que cada libro elegido debía haber sido publicado en Estados Unidos, en idioma inglés, a partir del 1 de enero de 2000, lo que significa, además, que una excelente o pésima traducción también influía en la valoración. Por otra parte, es posible que sean todos los que están, pero es seguro que no están todos los que son, algo inevitable cuando se hacen listas de este tipo; entre los cien libros no aparece ninguno de autor español y solo unos pocos latinoamericanos.
Lo que es indiscutible es la triunfadora del elenco, precisamente Elena Ferrante, no solo por aparecer en el primer puesto sino porque en el listado hay otras dos obras suyas y a quien ya en 2016 el semanario Time la había incluido en la lista de personajes más influyentes del mundo. Curiosamente, no se sabe quién es, se desconoce si Ferrante es una escritora, un escritor o incluso varias personas, lo que ha generado notable polémica en su país.
En una época de muchos egos exacerbados, en la que aparecer constantemente en los medios de comunicación, utilizar prolíficamente las redes, publicar compulsivamente "posts" o "stories" se considera sinónimo de éxito, la desconocida autora nos da una lección importante. "Creo que, en el caso de un buen libro, a los verdaderos lectores no les importa quién lo escribió; creo que, como mucho, esperan que el autor de un buen libro siga escribiendo otros. También creo que incluso los autores clásicos son sólo un montón de letras muertas en comparación con la vida que arde en sus páginas: Tolstoi es una sombra insignificante si sale a caminar con Anna Karenina". (Respuesta nunca enviada a la carta de Francesco Erbani, aunque recogida en el libro titulado La Frantumaglia, una recopilación de entrevistas por escrito, ensayos y cartas, algunas no enviadas, escritas a sus editores, a periodistas y a los directores que adaptaron para el cine sus primeras novelas).
En definitiva, lo que sostiene Ferrante es que se puede conocer la personalidad del escritor a través de los personajes y lugares, de las historias que cuenta. En definitiva, que los libros no necesitan al autor una vez escritos, el libro tiene vida propia una vez publicado, se desenvuelve perfectamente al margen de su escritor; pero, en cambio, las personas, todas, necesitamos leer libros, precisamos la lectura, con ella nuestra vida se enriquece.