jmonroy@diariolatribuna.com
Tras el nuevo intento de la Asociación de Hostelería de dejar sin efecto la zona de protección acústica en la plaza de Cuba, la Asociación de Vecinos ha respondido con vehemencia. Como en ocasiones anteriores, niega que se hayan reducido los ruidos, amenaza con una oposición frontal a la posible supresión de la protección, y acusa al presidente de los hosteleros, Alfonso Silva, de utilizar su influencia en el Ayuntamiento para tratar de imponer un nuevo horario de terrazas, en contra de los intereses de los residentes.
El portavoz vecinal, José Antonio Carrión, advierte que disolver la zona de protección acústica en la plaza de Cuba «es una aberración». Como en ocasiones anteriores, advierte al equipo de Gobierno municipal que «como se le ocurra quitar la zona de protección acústica donde está ubicada, iré donde tenga que ir, y me van a oír en todas partes». Si hace falta, advierte, acudirá a los tribunales y, desde luego, a «todas las administraciones posibles, incluida la Comunidad Económica Europea y el Ministerio de Medio Ambiente, que es al que le corresponde».
No hay menos ruido. El presidente vecinal niega la mayor. No es cierto que haya menos ruido. Por un lado, advierte, existen dos establecimientos abiertos hasta las cuatro de la madrugada, cuyos clientes salen a fumar y a beber a la calle. En uno de ellos, recientemente, estuvo una persona armando ruido con un megáfono, incluso amonestando a los vecinos, hasta que llegó la Policía Local.
«Si la Policía tiene que actuar es porque hay ruidos», explica Carrión, quien advierte que estas situaciones se están dando en época vacacional. Porque, se muestra convencido, el ruido se volverá a multiplicar cuando en septiembre u octubre retornes los estudiantes universitarios y se cierren las terrazas de la Peraleda.
«Que los hosteleros digan lo que quieran, Alfonso Silva siempre anda con la misma historia», advierte Carrión, quien recrudece sus críticas hacia el presidente de los hosteleros de la ciudad. A su juicio, Silva no tiene otro objetivo que conseguir que las terrazas de la plaza de Cuba cierren a la una de la madrugada, algo que sería un paso atrás y volvería a hacer la vida imposible a los residentes. El portavoz vecinal recuerda que el propio Ayuntamiento ha excluido a los locales de zonas de protección acústica del permiso para alargar dos horas el cierre durante las fiestas de agosto, porque se muestra sensible con su especial situación. Ahora, se lamenta, Silva quiere utilizar su poder en el Ayuntamiento para acabar con esta protección, «algo que me aterra».