Duele reconocer que para tener datos objetivos que te permitan opinar sobre determinados temas de España, debamos recurrir a instituciones externas buscando una objetividad que es difícil de obtener aquí. Ahora que tanto se habla de productividad, competitividad, presión fiscal, etc. conviene analizar los datos que se disponen sobre España. Gozamos de una infraestructura de comunicaciones de primer nivel, red de Tren de Alta Velocidad, autovías y autopistas, puertos y aeropuertos (aunque de estos sobra más de uno) Poseemos la red de fibra para la transmisión de datos más extensa de Europa. Y de todo ello debemos estar orgullosos, supimos aprovechar los Fondos Europeos (bastante mejor que ahora) para pegar un salto adelante. Pero vayamos a los datos. En el Índice de Competitividad de 2019, publicado por el Foro Económico Mundial, España ocupaba un impresionante séptimo puesto de 141 países, por sus infraestructuras, pero ocupábamos el puesto 114 por la carga que representaban sus regulaciones administrativas. En 2020, se dejó de publicar este ranking, empezando la escuela de negocios suiza IMD, a publicarlo, bajo el nombre de Ranking de Competitividad Mundial. En la edición de 2024, España ha descendido cuatro posiciones situándose en el puesto 40 de 67 economías analizadas, pasando a la peor posición desde 2013. Este retroceso, según argumente IMD, se debe a un empeoramiento en la eficiencia del Gobierno, donde España ha caído 7 puestos hasta el 58, así como en la eficiencia empresarial, donde hemos descendido un puesto del 37 al 38. Los factores que más han influido en estas caídas son, las finanzas públicas, la política fiscal y el mercado laboral. Podemos seguir discutiendo si son galgos o podencos, si la culpa es de unos o de otros, pero en este Teatro de las Vanidades que se ha convertido nuestra escena política, sería conveniente que el director de la obra llamara a los actores para reescribir el guion. De ello depende no solo nuestro presente, sino también el futuro de las siguientes generaciones. Y no se nos olvide que recurrir al chollo de los Fondos Europeos tiene fecha de caducidad.