El año político en que entramos solo tiene una certeza: las tormentas que en el anterior se formaron por doquier van a eclosionar. Que se quede todo en viento, disuelva las nubes y le despeje el cielo, es lo pregona Sánchez. Que haya mucho trueno y relámpago pero la descarga sea soportable y se olvide para las urnas es lo que el sanchismo quiere pensar. Que la tromba de agua y pedrisco caiga con furia y una tras otra es lo que es lo que esperan todos cuantos quieren que Sánchez se vea obligado de una vez a abandonar el poder. Que cuidado y que ni por esas, y aunque le procesen a la familia al completo y a medio gobierno también, puede dejar de aferrarse al colchón del poder.
Lo cierto, sin embargo, es que son demasiadas al mismo tiempo. Es el famoso tren de tormentas que dicen los meteorólogos. Está la de su mujer, la "catedrática" que quiso ser y la "pichona" según él. Está la del hermanísimo, que delito o no, está claro que tiene un morro que se lo pisa. Está la de "su" fiscal general, que tiene una pinta más negra que la toga con que se viste. Y está al cabo la DANA en la que se revuelven y giran varias a la vez. El frente de Ábalos y Koldo, que cada vez van a estar sometidos por las pruebas a mayor presión y hasta pueden reventar. El frente de Armengol, Torres, Marlaska, Reyes Maroto, al que ahora y de inmediato se va a unir Montero, que va a ser muy sabroso de contar. Todos ellos en una olla a la que Aldama no va a parar de dar vueltas con el cucharón y a la espera de que alguno por ahí diga que no lo conoce para sacarle una foto vaya usted a saber donde y en que posición.
Son, desde luego, demasiados frentes judiciales a la vez. Y seguir con la monserga de bulo-fango/ fango-bulo es de difícil colar por la bandada papagaya y vocinglera que intenta copar todas las televisiones cuando hay más de 30 jueces de muy variado perfil que no van por allí, pues no es ni su lugar ni su desempeño el ir por las tertulias sino "hablar" de sus autos pertinentes y cumplir y hacer cumplir la ley. Los periodistas, que en verdad lo son y han reivindicado el serlo y con ello a su profesión vana a seguir ejerciendo de tales y ahí me atrevo a decir que no se van a amedrentar.
Pero no sólo están en el horizonte los amenazantes episodios judiciales sino que también asoman los estrictamente políticos. El Frankenstein que le puso en la Moncloa para gobernar y sacar tajada todos ellos, empieza a descacharrarse y ir un brazo por un lado y otro por el contrario, cosa lógica si los unos son de los que aún veneran a la momia de Lenin y los otros, aunque en lo de dinamitar la Constitución y hacer cachos la Nación están de acuerdo, en lo de la "pela"no. El monstruo da señales de que en cualquier momento se va a comenzar a descuartizar el mismo. Pero les une algo que le detiene. Si lo rompen pierden todos y no van a poder saquear y aplastar lo que ahora su presunto amo y creador, que cada vez es más su esclavo y rehén les permite que hagan sin rechistar.
Todo ello va a ser la constante de este año 2025, que Sánchez quiere conjurar sacando 100 veces en procesión a Franco medio siglo después de que se muriera y estuviera cada vez más enterrado y olvidado. Hasta que Zapatero, ahora su gran mentor, y él, nos lo resucitaran. Ambos con la perversa intención de sacar con ello rédito a costa de volver a convertir el odio político entre los españoles en su arsenal electoral. No sería malo no caer en la trampa, aunque por algún otro lado estén también más que dispuestos a sumarse a la exhumación.