Carlos Lucas Cifuentes, abogado de R.G., uno de los acusados del asesinato del cazador Antonio Fernández Muñoz, cuyo cadáver fue encontrado en un paraje de Aldeanueva de Barbarroya, tras su desaparición en septiembre de 2013, ha dicho que el móvil que condujo a realizar este hecho es «un auténtico enigma».
El letrado ha señalado que tanto González como su pariente F.A., en su momento «eluden dejar rastros de la acción homicida y lo mantienen en secreto durante cuatro meses hasta que F.A. conduce a la Guardia Civil a donde estaba el cuerpo del cazador».
Lucas Cifuentes ha dejado claro que R.G. afirma que fue el primo a quien se «le escapó un tiro cazando», pero F.A. sostiene que en el trayecto hasta llegar a la espera en la cacería «escuchó un disparo, girándose después viendo a la víctima en el suelo».
El abogado ha asegurado que todo está «pendiente de aclaración» para comenzar el procedimiento, porque a fecha de hoy la instrucción no se ha cerrado, a falta de una «serie de pruebas concluyentes para determinar la autoría y el grado de participación».
A juicio de Lucas Cifuentes, la autopsia es «muy importante al ser declaraciones contradictorias de ambos, por lo que el proyectil marcará cual es el arma homicida y se podrá saber cuál de las dos versiones emerge sobre la otra», ha matizado.
En su opinión, «se antoja mantener un careo hasta verificar todo, porque lo que tampoco se sabe es el móvil, ya que nadie sabe los motivos que ocasionaron la muerte del cazador».
Finalmente, el abogado ha precisado que R.G., que se dedicaba «principalmente la caza», está de ánimo «tocado», porque se enfrenta a una posible pena elevada.