Lo ha publicitado estos días en su blog el veterano atleta y luchador como vecino del Polígono, Aurelio Gómez Castro. Se hacía eco de un ruego solicitado días pasados por la Asociación de Vecinos 'El Tajo'. Se necesitaban personas voluntarias para cubrir el recorrido y las incidencias en la Carrera Popular Pedestre que se celebra el próximo viernes y que responde a la carrera Toledo-Polígono. Y no es la primera vez que esto ocurre. Pero fijémonos que esto está sucediendo en el barrio más habitado de Toledo, el Polígono. Y es que, esta Asociación corre con la organización desde los casi 50 años de edad de la prueba.
Es una prueba de 10 kilómetros que se corre a finales de junio dentro de las fiestas del barrio que une la Puerta de Bisagra con ese barrio. Tradicionalmente suele ser esa distancia, pues antes de entrar en meta los atletas tienen que cubrir una vuelta a la pista de atletismo de 400 metros. Pues como es preceptivo para los organizadores a cierta distancia u obstáculo en forma de cruce, garajes, etc, tiene que haber una persona responsable. Una vez más les digo, que la Policía Local en eso es muy exigente y escrupulosa y no permite carreras sin contar con garantías de suficientes voluntarios y controladores.
Por ello, 'El Tajo' que preside la profesora Gema Ruiz dirigió una carta a los cientos de socios que tiene para poder celebrar la carrera, una de las tres clásicas y más antiguas del calendario toledano, por cierto. Y chocó con el problema que no es fortuito sino general de la falta de voluntariado en la sociedad contemporánea.
Recordemos que, hasta la llegada de la actual democracia, los alcaldes no cobraban ni un duro, mientras que ahora hasta el pueblo más pequeño o medianamente poblado quiere cobrar sueldo fijo y dietas para subir más. Y no hay que rasgarse las vestiduras o echarse las manos a la cabeza porque suceda esto. Solo hay que ver, cómo está la vida y entenderlo. Otra cosa es, que lo generoso, lo más puro sería que se hiciera gratis, pero ya sabemos que hasta para mear y beber de un botijo exige pagar unas monedas y no hay romanticismo.
Organizaciones de la Iglesia como Cáritas y Manos Unidas o la Cruz Roja, tienen determinado número de personas que trabajan haciéndolo remuneradamente. Y en organizaciones no gubernamentales civiles, las denominadas ONGS, no digamos nada. Creo que de un buen número de ellas podríamos prescindir y no lo notaríamos. Tienen escasa proyección social y viven de las subvenciones.
De ahí que adquiera mucho valor el que organizaciones como La Iglesia tenga aún en estos tiempos voluntarios para formar parte del equipo litúrgico o catequistas, por poner un ejemplo. Sepamos que en algunas ocasiones los voluntarios que cubren ciertas pruebas deportivas no son tales, ya que reciben una cantidad por su 'voluntariado'.