Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


«Ja sóc aquí»

08/01/2024

El día 23 de octubre de 1977, después de 38 años de haber sido nombrado presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas y Joan volvió a Barcelona para, desde los balcones que dan a la plaza de San Jaime decir a los cuatro vientos «Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí».
Las palabras que utilizó, los gestos, así como los meses de negociación con el Gobierno de Adolfo Suárez y la mediación de aquellos que hicieron posible la TRANSICIÓN (sí, con mayúsculas), incorporaron a Tarradellas al grupo de personajes que permitieron hacer una España mejor que se incorporó al grupo de Naciones que, por imagen y por PIB, eran un referente a finales del siglo XX.
Pensar que ahora se puede dar una situación similar, no deja de ser un sueño difícil de cumplir. Parece que con Puigdemont se quiere repetir la parafernalia que alrededor de la vuelta de Tarradellas se montó en su día. Pero comparar la situación actual con aquella, así como a los personajes protagonistas de ambos momentos, es hacer comulgar con ruedas de molino a los ciudadanos. Tarradellas se dirigió a los «Ciutadans de Catalunya…» para dejar claro que no reivindicaba la identidad con el territorio, sino con las gentes que en el mismo habitaban, entendía que se encontraba en la obligación de recuperar las instituciones que la Guerra Civil se había llevado por delante. Fue un gran hombre y un gran presidente.
Cuando Jordi Pujol le sucedió en la Presidencia de la Generalitat vaticinó, en privado, lo que luego todos los españoles supimos sobre la catadura de un señor (por llamarle de alguna manera) que, por los motivos que sean, y que espero alguna vez sabremos, todavía no ha sido juzgado por los muchos delitos que se le pueden imputar.
El ridículo que las instituciones españolas van a hacer el día que Puigdemont vuelva, ya amnistiado, a Barcelona para dirigirse desde el Palau de San Jaume a sus seguidores, va a ser de traca. Sí, nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Solo espero que cada uno termine asumiendo su responsabilidad en esta comedia del absurdo en la que nos están haciendo participar.