Este término, últimamente tan abandonado o incluso desprestigiado, da título a un documental dirigido por José Luis López Linares, que estos días se proyecta en algunas salas de cine, y sin ninguna duda merece la pena ver. Es un documental que presenta una tesis, y esta consiste en que Hispanoamérica es hoy una realidad cultural fuerte, pujante, y con muchos elementos en común, que derivan de una historia compartida. A mi entender, esta tesis de desglosa también en dos, no menos interesantes: la primera, que el elemento común que tienen tantos pueblos indígenas en esa parte del continente americano es precisamente su relación con la cultura hispana; y la segunda, que no se puede entender España, nuestra identidad y nuestra cultura, sin el esencial elemento americano. Ya decía Miguel de la Quadra-Salcedo que hay que ser español desde América, y este documental justifica sobradamente por qué es así.
Por supuesto, para defender estas tesis, el documental enfatiza algunos hechos más que otros, y también recopila una serie de opiniones de expertos que van siempre en la línea de esa tesis, pero no por eso deja de ser riguroso, ya que no se niegan los hechos menos favorables a la tesis (abusos, errores…), y se fundamentan y justifican ampliamente los hechos y datos que confirman la tesis: tres siglos iniciales de vida en común, y otros dos con vínculos y relaciones tan intensos, son un hecho innegable que constituye el pilar de esa comunidad cultural, cuya realidad hoy nadie podría negar. Así, el idioma común, el arte, la música, y el factor religioso presente en la cultura incluso en sociedades plurales y laicas, son argumentos que sustentan esa potente comunidad. Y es así como este documental refuerza nuestra identidad común y nos hace a todos los implicados sentir que pertenecemos a esa comunidad, y sentir el orgullo de poder definirnos como hispanos (término mejor, más coherente y más identificativo que latinos). Hay, por supuesto, muchos intentos de borrar esa identidad común, tanto desde una falsa postura pretendidamente emancipadora, como desde aquellos españoles que quieren explicar a los hispanoamericanos lo que tienen que hacer para «descolonizarse», que en realidad sería dejar de ser hispanos, es decir, de ser lo que son. Estoy seguro de que la fuerza de nuestros lazos culturales es tanta, que ningún Gobierno populista ni ningún aleccionador de descolonización podrán jamás acabar con esa identidad. Pero es muy importante que se realicen obras como este documental, que aportan mucho a la justificación de esa identidad común. Y sí, para quien sienta ese vínculo, y el orgullo de pertenecer a esa comunidad de hermanos, este es un documental que emociona, quizá el único ante cuya visión no he podido evitar dejar caer alguna lagrimita…