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‘Pipo’ tiene poco más de un año de vida. La Asociación para la Protección, Adopción y Defensa de los Animales de Toledo (Apadat) lo recogió en mayo de 2012 del asentamiento chabolista del Cerro de los Palos en el que estaba junto a sus hermanos, Sam y Merry. Tres preciosos cachorros mestizos -sin pedigrí- que fueron abandonados y estaban vagando por la zona cercana a la localidad de Argés. Gracias a dos personas anónimas, que dieron el aviso y ayudaron a su rescate, llegaron a la protectora. Su vida no ha sido fácil desde el principio pero, además, ‘Pipo’ tuvo la mala suerte de cruzarse el pasado 1 de junio con la perra afectada por rabia que mordió ese mismo día a cuatro menores, uno de ellos de dos años, además de atacar a otros canes y matar a gatos y gallinas.
Con poco más de un año, será sacrificado en los próximos días. Es el único de los siete canes que estuvieron en contacto con la perra rabiosa y que han estado aislados en la perrera de Numancia de la Sagra que morirá. El resto ya están con sus dueños, aunque deberán permanecer controlados en sus domicilios, según confirmó la Consejería de Agricultura.
El problema de ‘Pipo’ es que padece leishmania, una enfermedad que provoca que sus defensas inmunológicas estén muy bajas. Esto complica que pueda superar el ataque recibido a pesar de que no fue muy virulento. La perra ni siquiera mordió a ‘Pipo’, pero sí sufrió arañazos y tuvo contacto salival, dos de las vías de contagio.
Por eso, a pesar de estar vacunado contra la rabia, su enfermedad le impide superar la situación, porque sus niveles de anticuerpos están en el 0,18, muy por debajo de los 0,50 marcados como recomendables por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
‘Pipo’ sigue en la perrera de Numancia de la Sagra en cuarentena. Agricultura aseguró el viernes que al animal se le va a «practicar la eutanasia». Sin embargo, Apadat ha enviado un escrito a la Consejería en el que solicita que el «asesinato» no se lleve a cabo, que se espere un tiempo prudencial hasta ver si la revacunación contra la rabia consigue que ‘Pipo’ reaccione y pueda salir adelante.
Cuentan que es un animal tranquilo y «muy cariñoso», un «fiel compañero» que buscaba un hogar desde el blog oficial de la protectora (http://apadat-toledo.blogspot.com.es/2012/08/adopta-pipin-nuestro-hobbit-necesita.html) a pesar de las dificultades derivadas de su patología, que estaba totalmente controlada gracias a un tratamiento que le hacía tener «una vida estable y normalizada».
Un paseo mortal. Apadat se comprometía a ayudar a seguir el tratamiento y realizar los análisis veterinarios pertinentes a las personas que adoptaran al can. Pero el sábado 1 de junio todavía no había encontrado padres. Por eso, acompañaba en su paseo matutino a Susana, una de las integrantes de la protectora. Un recorrido por el barrio de Covachuelas en el que se cruzaron con la perra rabiosa. Fueron los primeros atacados por el animal agresivo, en torno a las nueve y media de la mañana. En ese momento, Susana denunció la situación a las autoridades. Dijo que el animal presentaba síntomas «agresivos». Lo «alarmante» es que lo hizo cuatro horas antes de que se produjera la primera mordedura a un humano, que fue en la misma zona de la ciudad a las 13,35 horas, según confirmaron los servicios de emergencias 112.
Sin embargo, Apadat lamentó el viernes en rueda de prensa que «ninguna fuerza de seguridad» se personara en el entorno para buscar a la perra agresiva. De hecho, el animal «estuvo vagando» por Toledo 16 horas hasta que fue abatido por la Policía Nacional a la 1,15 horas de la madrugada del domingo en el entorno del Salto del Caballo. Antes, mordió a cuatro menores.
Los miembros de la protectora denuncian que las autoridades «no hicieron nada» y están «profundamente tristes» por el previsible sacrificio de ‘Pipo’. De hecho, han decidido suspender todos los actos organizados para celebrar su sexto aniversario.