He llegado a una edad de la vida, donde la naturaleza demuestra que es inexorable con todo ser viviente humano o no. Por lo cual, lo que en apariencia creemos cuando apenas hemos nacido, me refiero, cuando hemos nacido a la razón, al conocimiento, al mundanal tiempo contemporáneo que a cada cual nos toca estar. En el interior de cada uno de todos nosotros, seres humanos, imperfectos seres, en verdad estúpidos en un mayor o menor grado, aunque durante un limitado tiempo en apariencia algunos, los menos, sean un sucedáneo de seres sin término, porque se les ha puesto «el mundo a sus pies», y los más, una mayoría sólo hayamos estado al alcance y la experiencia de siquiera un sufrimiento, con algo de bondad corta; asimismo, existe una inmensa mayoría de la humanidad que su existencia, es lo más parecido a algo con una fecha de caducidad controlada, viviendo solamente en modo sufrimiento y pena, por mucho que en los últimos tiempos se haya inventado lo de al asistencia o ayuda social. Pues bien, tanto los que han sido o son poderosos, o los que no somos nada, o mejor dicho somos la nada, todos tenemos un inevitable destino y es, el de la inevitable amiga muerte. En este aspecto, es en el único que todo ser humano es igual al otro, y es que, todos nos morimos, y así todos dejamos de existir. Que en muchos casos quizá la amiga muerte sea la salvación, como personalmente ha habido veces eso se me ha pasado y se me pasa por la cabeza, dado que, como nos tenemos que morir, si el vivir es solo una continua vida de sufrir, de desprecio, de humillación, de insulto o de tortura de cualquier tipo. Una solución tangible, dado que todos tenemos ese punto de término, pues, quizá sea esa solución la de disponer de parar la vida, insisto debido a que la vida tiene si o si a su amiga muerte, pues bien podría ser, irse antes decididamente. Pensando el asunto desde un punto de vista filosófico, del porqué de la realidad de la humanidad y sus evoluciones y relaciones entre sus seres, no debería ser tan opuesta a esa idea de tomar la decisión de parar uno mismo la vida, dado que aquí nadie va a quedarse infinitamente. Pero pasando al aspecto, de estar solamente en un estar, me refiero a sólo ver pasar la vida, en espera a la llegada del momento de la no vida, estando en esa espera en un estado continuo como decía antes de una vida de sufrir, de desprecio, de humillación, de insulto o de tortura de cualquier tipo, pues la naturaleza o quien sea debería hacer una obra de misericordia. Y por supuesto, lamentablemente llegado a ese punto, es comprensible que todas las personas que tiene una «tranquila» vida, den mensajes de pretensión en ser prácticamente inmortales, con anuncios de aparatos, de medicamentos, de modos de vida, que si se hacen tienes más años de vida, solo porque a esa minoría le va muy bien «su» vida…