Tengo que andar con prudencia, siento que mi opinión, caso de no coincidir con la versión oficial, puede encasillarme en el grupo de 'ellos' de los que forman parte de la 'fachosfera' de esa ultraderecha que debe ser arrinconada por ser un peligro para la democracia. Y esto me supone un grave problema ya que hay planteamientos de unos y otros con los que no estoy de acuerdo. Así que me veo excluido de los dos bandos en que la irracionalidad de los ¿líderes? políticos, han vuelto a clasificar a la sociedad española. Yo que viví las tensiones de la Universidad española en los últimos años del régimen de Franco y que visité la Dirección General de Seguridad entrando por la calle Postas, que conviví con la gente que, desde distintas posturas ideológicas, sentó las bases de una Transición que trajo a España un modelo homologable con las democracias europeas. Que podía debatir con gentes que, a pesar de todas sus diferencias, trabajaban para alcanzar una sociedad que superara el síndrome de las Dos Españas. Hoy veo, por desgracia, que por el oportunismo de unos y la irracionalidad de otros, estamos perdiendo lo mejor de todos aquellos que hicieron posible el lema de «perdonar, pero no olvidar». Y el no olvidar era, precisamente, para no volver a convertirnos en una sociedad cainita en la que los buenos son los míos y los malos todos los demás. Un personaje cómo Francisco Fernández Ordoñez, ministro con Adolfo Suarez y con Felipe González, comentaba una vez, escuchando a un compañero del Consejo de ministros, «Qué brillante es. ¡Es el que mejor nos saca de los líos en los que nos mete!» Y así nos va. Si unos y otros se hicieran un mínimo de autocrítica y pensaran en que la responsabilidad de lo que nos pasa a todos, es compartida también por todos, quizás se bajaría el nivel de confrontación al que nos quieren llevar. Un lector me acusaba un día de ser 'equidistante' por entender que no me identificaba con unos o con otros, quizás lo sea, pero me temo que en las circunstancias actuales va a ser imposible mantener esta postura, lo cual me preocupa. Yo no quiero ser de 'ellos' ni de 'nosotros', me gustaría vivir en una sociedad en la que, gobernara quién gobernara, el Gobierno, fuera 'mi Gobierno' y todo aquel que nos metiera en líos, asumiera su responsabilidad y se fuera, o le mandaran, a su casa. 
Vaya limpia habría que hacer.