No creo que usted, querido lector, siga pensando que se ha de revertir una situación siguiendo las pautas de Salomón,, ¿o sí?
En muchas ocasiones escuchamos en los medios de comunicación la relativización de hechos que, el sentido común, siempre han sido considerados de manera grave. Pero según qué, quién y dónde, suele pasar que la opinión pública, como se dice en la Tauromaquia, el toro se viene abajo en varas y ya todo es mucho más sencillo y no hay ni tumulto, ni bravura ni tampoco ánimo de reclamación.
En la opinión pública no incluyan nunca lo que se diga en la barra del bar, porque según el canal de TV que tengan en la taberna seguro que el prisma que le dan hace que el ánimo pueda encender aún más la estufa del fondo del local.
Si nos basamos en lo que dicen muchos y, cada vez, de forma más extendida, podríamos estar viendo cómo tendrían que estar dándose de 'guantás' en los parlamentos, todos, «porque si te dicen tú tienes que decir, si te hacen tú tienes que hacer y ni haces». Pues eso, que si tuviéramos que hacer caso, podríamos estar en una situación ¿como el gobierno de Corea del Sur? O a tortas ¿como en el parlamento de cualquier ex república soviética?
Lo tenemos bien cerca, porque si hace unas horas Macarena Olona fue zarandeada, insultada y agredida en la UGR es porque hay una parte de la población que sí cree que ha de imponer su opinión por la fuerza (la opinión de las izquierdas), y todo es porque hace unos días vencieron y parece que tienen convencido a todo zurrimandil tras cancelar el acto académico con Espinosa de los Monteros en la UCM.
Si la izquierda radical empieza a campar a sus anchas y la izquierda moderada les ríe las gracias, lo tolera e incluso lo justifica, es porque se sienten impunes ante una ley manipulada que ni rige, ni ordena, ni protege, sino que se usa en beneficio de parte.
Den por seguro que no se ha de buscar el ojo por ojo, pero responsabilidades hay muchas y cada palo tendrá que aguantar su vela en situaciones tan graves como las ocurridas en Cataluña, la corrupción o la okupación.