Hay semanas en las que se me hace difícil decidir sobre qué tema escribir mi columna, esta es una de ellas. El hombre sigue demostrando lo bruto que puede llegar a ser abriendo conflictos donde debería haber dialogo, al mismo tiempo que, por aquí cerca, la razón cede ante las conveniencias particulares de algunos grupos minoritarios que imponen su chantaje a la mayoría gracias al interés particular de alguien.
Así que hoy he decidido hablar de economía. El Banco Central Europeo cambió su política monetaria debido al incremento de la inflación en la zona euro. Esto supuso que se subieran los tipos de interés, lo que perjudicó a las economías endeudadas que tuvieron que pagar más por los mismos créditos. Las familias hipotecadas se vieron perjudicadas, al igual que los Estados endeudados deberán destinar más fondos a pagar los intereses de su deuda.
En España, la inflación ha supuesto que el Estado ha ingresado más de 30.000 millones de euros por encima de lo previsto, ingreso que no se ha destinado a reducir el alto endeudamiento que tenemos, ni a reducir el déficit fiscal de manera significativa (solo se redujo en dos décimas en 2022 y este año va al alza). Se ha seguido aumentando el gasto público, sin tener en cuenta que, salvo que Alemania lo impida, en 2024 entran en vigor las reglas fiscales de la Unión Europea que obliga a reducir el déficit fiscal a todos los países miembros.
Como no seremos alumnos aplicados, veremos como nuestra prima de riesgo aumentará, deberemos destinar más fondos a pagar los intereses de nuestra deuda y tendremos dificultades para financiar las reformas estructurales que debemos poner en marcha. Y seguiremos sin converger con la media europea en PIB per/cápita y seguro que el Gobierno que se forme en las próximas semanas, o meses, echará la culpa al cambio climático, por ejemplo, todo menos reconocer que no se quiere, o no se puede, aplicar la reducción de gasto público que se debería hacer. Y que no se venga con la matraca de que hay que aumentar la recaudación tributaria, ya estamos en la media europea, y para más INRI, los contribuyentes que pagan, pagan más que la media.