jajuez@diariolatribuna.com

La Comunidad de Madrid mantiene el calendario de actuaciones previsto para la construcción de su Aeródromo del Suroeste en El Álamo, a unos dos kilómetros del ya existente en la toledana Casarrubios del Monte. En sus presupuestos para el año próximo, la región vecina ya ha reservada unos 1,7 millones para la redacción de su proyecto aeroportuario, que rivaliza con la ampliación del campo de aviación toledano.

La existencia de esta partida, bajo el epígrafe ‘Helipuerto El Álamo’, se ha conocido en estos días durante la discusión en la Asamblea de Madrid de las cuentas de esta autonomía para 2014. Fuentes de la Consejería de Transportes han confirmado a este medio  la reserva de estos fondos y la han justificado como algo lógico dentro del propósito de Madrid de construir este aeropuerto. Así, recuerdan que para finales de año se habrá resuelto la tramitación del Plan Director del Aeródromo, una vez que se resuelvan las alegaciones presentadas a este documento. Por ello, la siguiente fase debe ser la licitación del proyecto para la construcción de la infraestructura, que se sufragará con los 1,7 millones incluidos en los Presupuestos. Este proyecto, cuando se redacte, será la base a la que deberá atenerse la empresa que, en una fase posterior, obtenga la licitación de la construcción y gestión del Aeródromo.

Hay que recordar que esta edificación será uno de los hitos importantes que deberá superar el proyecto madrileño. La Comunidad vecina ha estimado que la instalación tendrá un coste de más de 230 millones de euros, que deberán ser asumidos por la empresa que logre la concesión de gestionar este servicio.

Madrid espera que la construcción del nuevo campo de aviación, que condiciona entre otras cosas a que reciba la actividad de jets privados y los vuelos que ahora se hacen desde Cuatro Vientos, genere unos 15.000 empleos y un incremento de 600 millones de euros en su PIB regional.

Como el perro del hortelano.

Pero la principal prueba que debe superar el Aeródromo del Suroeste es lograr su compatibilidad aérea con las instalaciones aeronáuticas de sus cercanías, como la base del Ejército del Aire en Getafe y el aeródromo casarrubiero. Hay que recordar que esa compatibilidad no fue reconocida hace unos  años por la Comisión Interministerial de Fomento y Defensa responsable de concederla, cuyo dictamen fue ratificado por la Audiencia Nacional. Sin embargo, la región vecina ha reiniciado este trámite con la confianza de obtener el visto bueno esta vez.

Ante este enésimo episodio de la ‘guerra de los aeródromos’, el gerente del campo de aviación de Casarrubios, Ignacio Elduayen, percibe que Madrid se comporta como un ‘perro del hortelano’ del que aún no se sabe de verdad si hará su proyecto, pero está dificultando la ampliación casarrubiera. «Ellos siguen con su proyecto, pero si no les dan  la actividad de Cuatro Vientos no  lo hacen. Esta gente lo que hace es aportar cada vez más incertidumbre», critica al reprochar las dificultades que una institución pública está generando a una actividad privada como la suya.