El pasado viernes se presentaron, en la Facultad de CC. JJ. y SS. de la UCLM, las conclusiones de los trabajos llevados a cabo por la Cátedra del Tajo. El equipo dirigido por Beatriz Larraz, ha aportado datos referidos a los problemas que el Tajo viene sufriendo desde hace décadas. El abandono que el rio ha sufrido desde los años 60 del pasado siglo, ha sido total. Contaminación y trasvases, lo han convertido en una cloaca a cielo abierto, que debería dar vergüenza a todas las instituciones que lo han permitido y a la sociedad que ha dado la espalda a las posibles soluciones que este problema tenía. El expolio que el Trasvase de aguas de cabecera supone, los vertidos sin depurar de los núcleos urbanos e industriales de la Comunidad de Madrid y la de Castilla-La Mancha, hace que el rio esté muerto en parte de su recorrido. La Cátedra del Tajo ha tenido la iniciativa de rodar un pequeño documental en el que fotografías y testimonios de personas que aprendieron a nadar en el rio (aquel maravilloso estilo 'a cuchillo') vuelcan con emoción su recuerdo de cuando los toledanos saturábamos las pequeñas playas que el rio tenía a su paso por Toledo. 
Pues este esfuerzo, se está haciendo gracias a la voluntariedad de un grupo que no cuenta con más respaldo económico que el de la Fundación Soliss. La Junta de Comunidades aportó alguna pequeña ayuda y Ayuntamiento y Diputación no han aportado ni aportan un euro. Obviamente la Confederación Hidrográfica del Tajo, ni está ni se la espera. Y de los célebres y mal llamados, fondos de Compensación que deberían generar los pagos del agua trasvasada, mejor no hablemos. Así que apoyemos a la Cátedra del Tajo desde la sociedad civil y exijamos que las administraciones tengan en cuenta que la mejor forma de poder tomar decisiones es teniendo una base de conocimiento real de los problemas. La Cátedra del Tajo, es un ejemplo a seguir de cómo se deben hacer los estudios sobre los cauces fluviales. Tenemos que estudiar el uso del agua, es un recurso escaso. Gracias a Beatriz Larraz, Marta Aguilar, José M. Bleda y Raúl Urquiaga.