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No se puede decir que se trate de una oleada de robos, ni mucho menos, pero los trabajadores del cementerio municipal de Toledo están recibiendo últimamente quejas ciudadanas relacionadas con la sustracción de crucifijos y otras pequeñas piezas de valor de las lápidas del camposanto capitalino.
La Policía Nacional sólo tiene constancia de una denuncia por el robo de un crucifijo hace un par de semanas aunque no descarta que se haya producido algún incidente más en las últimas fechas, aunque asegura que son sucesos aislados.
Los trabajadores del cementerio, encargados de su adecentamiento y limpieza diaria, son los que reciben las quejas de los perjudicados y explican que han enviado un informe al Ayuntamiento explicando la situación. «Ha faltado algún cristo», explican, aunque los propietarios de las lápidas no sólo echan en falta crucifijos, también otras pequeñas piezas como asas de ataúdes y algún adorno de cobre o bronce de las sepulturas.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Rafael Perezagua, descarta una oleada de robos en el camposanto municipal y tranquiliza a los ciudadanos aunque también les anima a que sus reclamaciones no se queden únicamente en eso, sino que acaben traducidas en denuncias con el objetivo de ayudar a la Policía en las investigaciones.
Fuentes policiales explican que la forma de actuar de los ladrones suele ser siempre la misma en estos casos: sustraen los crucifijos y el resto de objetos, los cortan y acaban vendiendo el cobre y el bronce con el que están elaborados.
Las mismas fuentes explican que no existe un «problema» en la ciudad de Toledo y recuerdan casos en localidades de la provincia que han sido más preocupantes, por ejemplo los robos de crucifijos que se produjeron el año pasado en el cementerio de Los Navalucillos.
Añaden que estos casos suelen ser más visibles en las actuales fechas, cerca del Día de Todos los Santos (1 de noviembre), porque aumenta el volumen de visitas a los cementerios. «Hay más tránsito de personas, y además los familiares se dan cuenta de lo que puede faltar en las lápidas de sus seres queridos», comentan.
El concejal de Gestión de los Servicios, Gabriel González, del que depende el cementerio, tranquiliza a los ciudadanos asegurando que «no se trata de una situación generalizada».