Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


Porfirio Bolero y Calamares

11/01/2024

Mi querido amigo Enrique, catedrático en la Universidad de Salamanca, me envía por WhatsApp una viñeta de Tintín de 'La estrella misteriosa', donde aparece el retrato del personaje Porfirio Bolero y Calamares, profesor de la Universidad de Salamanca, como él, que interviene como miembro de la expedición científica que se dirigió al océano Ártico en busca del aerolito descubierto por el profesor Hipólito Calys.
La viñeta me traslada de inmediato a momentos entrañables de la adolescencia, cuando disfrutábamos de fascinantes historias literarias que vivíamos como reales, identificándonos siempre con Tintín, magistralmente creado y presentado por Hergé. Tintín era y es aquel héroe de dibujo y trazo tan limpio y puro como su propia alma y la de sus avezados e inocentes lectores de entonces. Tintín es mucho más que el personaje de un cómic; es también un referente cultural y sociológico atemporal y una magnífica lectura actual para jóvenes y adultos.
Investigo un poco y leo por ahí que la de don Porfirio y Salamanca es la única referencia de Tintín hacia España en toda la extensa obra de Hergé. No es pasión por mi alma mater la Universidad de Salamanca, pero no me extraña que Hergé pensara en Salamanca cuando se le ocurrió crear el personaje de un profesor universitario español, sobre todo si nos paramos a pensar en el prestigio internacional de tal insigne y longeva institución, fundada por Alfonso IX de León en 1218. Pero volviendo al personaje, el retrato del profesor español representa a un hombre enjuto y serio, que se cubre con una boina. Dicen, según leo, que se inspira en Juan Ramón Jiménez o en Ramón y Cajal y que el nombre de Porfirio puede estar inspirado en el presidente de Méjico, José de la Cruz Porfirio Díaz, entre 1830 y 1915, o en Porfirio, el filósofo neoplatónico griego discípulo de Plotino. Vaya usted a saber. En todo caso, imaginemos a un belga pronunciando el nombre completo, algo así como 'Pogfiguio Bolego y Calamagues'. 
El caso es que, sorpresivamente, Tintín ha venido de nuevo desde nuestro pasado a removernos en la búsqueda del objetivo último de conseguir orden y armonía en el mundo. «Tintín sabe muy bien que tras la tempestad viene la calma y que, tras los problemas más difíciles, las mayores preocupaciones o los imponderables de la vida se esconde una solución coherente y óptima». Tintín no tiene edad, se mantiene eternamente adolescente y nos anima a seguir su ejemplo de valentía, astucia, bondad, nobleza, justicia y sagacidad. 
En nuestro 'Retrospectivo Existente' particular evocado por Tintín, citando al poeta Miguel Labordeta, viene al pelo aquello de que: «Me registro los bolsillos desiertos para saber dónde fueron aquellos sueños. Invado las estancias vacías para recoger mis palabras tan lejanamente idas. Saqueo aparadores antiguos, viejos zapatos, amarillentas fotografías tiernas, estilográficas desusadas y textos desgajados del Bachillerato, pero nadie me dice quién fui yo».