Todo es relativo si pensamos que nuestro planeta es un pequeño fragmento perdido en la infinidad del universo. De hecho, un buen ejercicio terapéutico y aliviador para cuando vemos nuestro mundo vuelto del revés, en lo social, en lo político o en lo económico, consiste en leer el relato de Carl Sagan del 'punto azul pálido', respecto de la fotografía de la Tierra tomada por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6.000 millones de kilómetros, que muestra nuestro planeta como una mota de polvo: «Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada superestrella, cada líder supremo, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol…».
Mira, ¿ves?, acabo de escribir esto y para probarme pienso por ejemplo ahora mismo en el rostro de Puigdemont y como si nada, oye. Relajado. Pienso y repaso el proceso de degradación del Estado con la publicación de la amnistía a los golpistas catalanes a cambio de mantenerse en el poder a ultranza, sometiendo el poder judicial a la voluntad política del ejecutivo que gobierna con claro fraccionamiento del principio de la división de poderes, y ni me inmuto cuando vuelvo la mirada y observo ese puntito azul pálido como una mota de polvo perdida en la inmensidad del universo. 
Se trata de un magnífico y recomendable ejercicio para evitar que las cosas nos afecten de forma desproporcionada. No se trata de tener un gravísimo problema y quitarle importancia, todo lo contrario, se trata de aprender a relativizar las cosas que nos suceden. 
A ver, voy a seguir; miro primero el puntito azul y luego veo a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fuera de sí, gesticulando, aplaudiendo y lanzando exabruptos en el Congreso, mientras habla Sánchez celebrando que ha perdido las elecciones europeas, como si las hubiera ganado, y ¡vaya!, de repente siento una aceleración de la frecuencia cardíaca, un aumento de la sudoración, tengo los músculos tensos, hormigueo, temblores en las manos y una opresión que me invade el pecho.
Pues no, hay casos en los que se requerirá también un chute de diazepam; no siempre funciona el método relajante del punto azul pálido de Carl Sagan, consistente en valorar la relatividad de las cosas desde la insignificancia de nuestra existencia.