A punto de dar por acabado el acueducto de la Constitución -¡qué viva por mucho tiempo!- mi hijo mayor se acercó y me dijo: «mamá, esto es increíble, el Illescas es el líder del grupo V de 2º REEF y el Girona es el líder de Primera». De primeras, confieso que no entendí nada. Le tocó explicarme que estos dos equipos de fútbol son hoy líderes en sus respectivas categorías, siendo al mismo tiempo dos humildes, dos modestos, equipos hechos para sufrir y, como mucho, salvar la categoría. Me alegro mucho por ellos. Bravo.
Sin darle más importancia al asunto del fútbol, me puse a meditar sobre el tema de esta columna. Tenía una historia muy buena que contarles acerca del castillo de Belmonte, cuando un comecome periodístico empezó a rondarme. Y es que, no paraba de acordarme del otro equipo pequeño que empezó la semana (pasada) queriendo escalar al grupo de los grandes. A saber: Podemos.
Los de Belarra han dejado claro con su ruptura con Sumar que sus cinco diputados en el Congreso serán cinco más a los que el malabarista de Sánchez y su troupe de constitucionalistas tendrán que convencer para que esta legislatura dure. E insisto en que no digo que acabe, solo que dure.
Podemos ha dejado de Sumar y se ha pasado al Grupo Mixto, como el sándwich. A partir de ahora, además de recibir más dinero de las Cortes, pueden torpedear las leyes que necesiten mayoría absoluta, por no hablar de los presupuestos. Desde la semana pasada los cinco diputados de Podemos tienen más dinero, más independencia y, desde luego, más fuerza. Ahora, según dicen, son tan imprescindibles como Junts. Sin embargo, no deja de ser una jugada sumamente arriesgada, porque este gobierno y los grupos que lo soportan pueden acabar en ruptura total en un no muy lejano futuro. Y si las cosas salieran mal, ¿podría terminar todo con la desaparición de Podemos? Francamente no lo sé.
¡Qué lejos quedan los años del pacto de Gobierno entre el partido morado y García-Page! La primera vez que pactaban los socialistas con Podemos y, también, la primera vez que pisaban moqueta los de Pablo Iglesias ¡Hasta una vicepresidencia y todo tuvo Podemos en Castilla-La Mancha! Si la memoria no me falla, fue el único partido de nueva hornada que llegó a tocar poder y a gestionar los dineros de los castellano-manchegos, con una Consejería y una Vicepresidencia. Ni Ciudadanos antes ni Vox ahora han podido siquiera acercarse.
Quedan también lejos esos tiempos en los que se llegó incluso a hablar de un sorpasso al PSOE. Podemos fagocitó a su matriz, Izquierda Unida, paritdo que la región aún no se ha recuperado, por mucho Sumar que lo intente.
Desde entonces hasta hoy las cosas han cambiado mucho para el partido que liderara (o aún lidera) Iglesias Turrión. Ya no son la fuerza política que se postulaba a liderar el adelantamiento por la izquierda al PSOE, ahora solo tienen cinco diputados en el Congreso. Sin embargo, quizás en recuerdo de aquellos días en los que decidían de verdad lo que iba a pasar con el resto de los ciudadanos, sea verdad eso que dicen de que quieren forzar al gobierno e imponer una fiscalidad a la banca y a las eléctricas. O quizás sea la defensa de su legado de la última legislatura en la que gobernaron en coalición con Sánchez, lo que les llevó el otro día a dar golpe sobre la mesa. Y se les ha oído, vaya que si se les ha oído. Captaron la atención de todos y los medios les dieron un espacio, como al Illescas y al Girona, del que ya normalmente no disfrutan. Por unos días, ilustran portadas y abren secciones. ¿Consolidarán los pequeños su posición actual? ¿Se quedará todo en agua de borrajas? Qué quieren que les diga, yo no entiendo de fútbol, así que, se verá.