Cuando llevas toda la semana dando vueltas  sobre qué escribir en la columna de hoy y no tienes nada claro, es seguro que algo falla. Y es que a nadie le pilla por sorpresa que el CD Toledo no está bien en el que es, sin duda, el momento más importante de la temporada.
Siempre he dicho que la incertidumbre que gira en torno a este deporte es lo que le hace tan atractivo, pero leo, veo y escucho una gran cantidad de factores que cada cual piensa que están influyendo al CD Toledo, y que hacen casi imposible tener un pensamiento positivo.
Y precisamente, más ahora, creo que es importante pararse, confiar y analizar desde la tranquilidad urgente e impaciente lo que está pasando en ese plano competitivo y, sobre todo, hacer conscientes y partícipes de esas conclusiones a los jugadores. Ellos son los verdaderos protagonistas cada domingo.
Todos tenemos en mente el mismo objetivo, que el Toledo ascienda, y todos estamos enfadados, cabreados, molestos y hasta indiferentes, algo esto último que me preocupa en demasía, pero considero que no hace ningún bien a lo deportivo hablar de todo en tono negativo.
Jugadores mal, entrenador mal, preparador físico mal, instalaciones mal, árbitro mal... y tantas y tantas cosas que todos vemos que van mal. Pero, ¿vamos a conseguir cambiar algo solo desde la queja?
En mi opinión, creo que llevamos cuatro temporadas de auténtica locura. En primer lugar, con cambios de entrenadores y direcciones deportivas, lo que conlleva cambios de sistemas, modelos, formas de trabajar… En segundo lugar, una barbaridad de jugadores que entran y salen (normalmente revalorizados y bien indemnizados) como si de simples cambios de cromos se tratase.
Y aunque sean movimientos claros y que todos podemos ver, incluso con los que podemos estar de acuerdo, me vuelvo a preguntar si esa inestabilidad en la que realmente necesita el CD Toledo.
Creo que es momento de actuar, de puertas para dentro, muy tajantes y claros, y de puertas para fuera, de manera positiva y apoyando al equipo como siempre ha demostrado la afición, porque algo que nunca ha cambiado en estos años de locura, como decía anteriormente, es el apoyo de una gran afición.