Trampas... y despropósitos en la AP-41

J.A.J./Toledo
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No iba de Madrid a Toledo:

Hoy es fácil criticar la autopista AP-41 señalando que su recorrido va paralelo a la autovía Madrid-Toledo. En descargo a sus promotores, hay que recordar que en 2003 se les dio la licitación de una autopista prevista para ir de Madrid hasta Córdoba, como alternativa de pago a la A-4. Se esperaba que el proyecto acortara el viaje a Andalucía en 70 kilómetros y evitara el paso por Despeñaperros.

El obstáculo de una ZEPA:

Sin embargo, el equipo del Ministerio de Fomento, dirigido por el entonces ‘popular’ Francisco Álvarez Cascos, no tuvo en cuenta que el trazado de la autopista cruzaba por la zona natural ZEPA de Los Montes para llegar a Ciudad Real. Este tipo de zonas están específicamente protegidas por la Unión Europea, y en 2004, ya con el PSOE en el poder central, se invocó esto para denegar la declaración de impacto ambiental para su ampliación. Cascos no fue el único político que cometió semejante error de cálculo. En 2010, el entonces presidente de la Junta José María Barreda también planteaba que una autovía entre Toledo y Ciudad Real cruzara la ZEPA. La posterior denuncia de Ecologistas en Acción contra el proyecto fue admitida a trámite por la Comisión Europea. Así lo afirmó el actual Gobierno de Castilla-La Mancha al señalar las «pegas» que la UE puso a la propuesta de Barreda.

La competencia de otra autopista:

A su detención en Toledo, la AP-41 sumaba otro problema: la competencia de otra autopista paralela a su tramo madrileño. Es la M-407, una vía de doble calzada promovida por la Comunidad de Madrid.  Se da la circunstancia de que la M-407 es una autopista de peaje en sombra, en la que el Gobierno de Madrid paga a su constructor según el número de automovilistas que pasen, sin que estos suelten un euro al cruzarla. Paradójicamente, es una de las vías en la que el Gobierno de Esperanza Aguirre quiere instaurar ahora peajes a la vista para que sus usuarios paguen el uso directamente. Se estima que la M-407 es una de las diez carreteras con más circulación de la región vecina, con casi 50.000 vehículos diarios que, de haber pasado por la AP-41, habrían mejorado sus resultados.

Expropiaciones multiplicadas por cinco:

El gasto en expropiaciones ha sido la puntilla para la AP-41. Si antes de la construcción esperaba pagar unos 54 millones de euros a los propietarios de terreno, ya estiman que las compensaciones se han disparado a 150 millones de euros. Esto es debido a que el Tribunal Superior de Justicia de la región ha fijado valoraciones de hasta cinco veces más de la previsto, pasando de 4,75 a unos 25 euros el metro cuadrado de tierra de secano. La concesionaria señala que estas alzas judiciales de valoración no se han producido en la parte madrileña de la autopista, al actuar su Tribunal Superior con otros criterios.