Los dos principales acusados por la muerte del Antonio Fernández, el cazador de Belvís que permanecía desaparecido desde el 30 de septiembre pasado y cuyo cuerpo fue hallado sin vida finalmente el pasado viernes en un paraje de Aldeanueva de Barbarroya, se culpan entre sí del crimen, sin que ninguno haya asumido hasta el momento la autoría material del disparo que acabó con su vida, según explicaba ayer a este diario el abogado de la familia, Jesús Lázaro Ruiz. El hallazgo del cadáver, aún pendiente de las pruebas de ADN para confirmar totalmente la identidad, fue localizado después de que el miércoles se detuviera a tres personas por estos hechos, los dos citados, tío y sobrino, y una mujer, pareja de uno de ellos.
De esta forma, mientras R.G.G. dijo en el interrogatorio ante el juez que fue su sobrino F.A.G. quien disparó de manera accidental a Fernández, éste le culpa a su vez y dice que fue el tío, apodado ‘El Conejo’, quien disparó por la espalda y a corta distancia al finado, según el abogado de la familia, para quien los resultados de la autopsia van a ser determinantes para saber cómo se produjo la muerte y en quien recae en mayor medida la autoría de la misma.
Lo que sí tiene claro el abogado es que se trata de un asesinato, es más, un asesinato donde hay «premeditación y alevosía», a la luz de las distintas pruebas que se han ido encontrado los agentes de la Guardia Civil durante el transcurso de las investigaciones, que se han prolongado durante bastantes semanas.
Lázaro Ruiz indicó que F.A.G. alegó desde el principio que el autor del disparo fue R.G.G. e igualmente fue quien reveló en lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida del vecino de Belvís. R.G.G., por su parte, pasó de decir que no sabía nada a declarar después, durante el interrogatorio, que el causante había sido el otro acusado de forma fortuita, por lo que hubieron de proceder al enterramiento del cuerpo.
Según el abogado, cada uno ha dado su versión, pero, en resumen, «no explican nada», de ahí la dificultad para conocer los motivos reales que desencadenaron el fatal desenlace. A este respecto, el alcalde de Belvís, José Luis Fernández, quiso dejar claro que él en ningún momento ha apuntado que pueda haber un motivo ‘oscuro’ que derivase en la muerte del cazador.
El regidor hacía esta matización después de que la familia de Fernández se mostrase molesta por las declaraciones del edil en La Tribuna en las que decía que motivo tenía que haber a la luz de las pruebas que han ido apareciendo. Y en esto coincide la familia, en el hecho de que hubiera un motivo, de lo contrario no estarían barajando la hipótesis del asesinato como única posible.
En cualquier caso, según Lázaro Ruiz, durante los testimonios, ninguno de los implicados ha dado explicación alguna al respecto, ni tampoco que lo tuvieran preparado, aunque como señala el letrado, los diversos zulos hallados vienen a confirmar que sí se había