A pesar de la gran cantidad de regalos que ha hecho ya Pedro Sánchez a Puigdemont, Otegi, Aragonès y compañía, siempre nos quedarán algunos deseos que no caerán en el vacío.
Felipe VI: Un manual de supervivencia: aguantar, aguantar y aguantar. Sea lo que Dios quiera.
Doña Letizia: Otro manual, pero de cómo hay que evitar ciertas compañías.
Rey emérito: Un pisito en la zona de El Pardo, rodeado de pinos, para recuperar el aliento y olvidarse de los graves errores cometidos.
Pedro Sanchez: Un nuevo detector de mentiras. No le duran nada. Los funde al día siguiente de estrenarlos. De propina, algún libro más en el que ponga su nombre en la portada, aunque él no lo haya escrito.
Alberto Núñez Feijóo: La canción de "Un canto a Galicia, que es mi tierra madre", con un toque de nostalgia. Y mucha paciencia.
Isabel Díaz Ayuso: Una cesta de fruta, un tebeo del Capitán Trueno y un muñeco con la figura de Pedro Sánchez para practicar el vudú.
Puigdemont: Este año ha decidido que no va a pedir nada a los Reyes Magos, puesto que no para de recibir regalos de la Moncloa. Si acaso, el premio gordo del Niño, entregado por el orondo Junqueras.
Junqueras: Una manguera, para regar la finca del independentismo que le ha sembrado de ilusión Sánchez I, el mentiroso (dixit, Luis del Val).
Yolanda Díaz: Un contador de parados chulísimo, en el que los fijos discontinuos y los trabajadores a tiempo parcial sigan en el limbo. Y una plancha de vapor para quitarle las arrugas a sus amigos de Podemos.
Abascal: Escribir 500 veces esta frase: «la prudencia es la madre de la ciencia». Como propina, 'El perro del hortelano', de Lope de Vega, con una sentida dedicatoria de Feijó.
Pablo Iglesias: La novela de Ernesto Sábato, 'Sobre héroes y tumbas'. También agradecería un sentido homenaje por los servicios prestados. A sí mismo y a sus circunstancias.
Zapatero: El Premio Nobel de la Paz. Dice que no le importaría compartirlo con Nicolás Maduro, Arnaldo Otegi, Carles Puigdemont y el Papa.
Otegi: Una capucha con el escudo de Navarra y una guitarra para celebrar la futura incorporación de esa comunidad a Euskadi.
García-Page: Las películas del Oeste 'Solo ante el peligro' y 'La muerte tenía un precio'. También, un chaleco antibalas para protegerse del fuego amigo.
Óscar Puente: Un tren de pilas que no descarrile y algún detalle que verdaderamente le guste, porque, de lo contrario, correrá peligro la integridad de sus majestades.
Rufián: Cualquier bobada que le entretenga y le disuada de buscar titulares y comentarios en las redes sociales.
Patxi López: Los discursos de Castelao y Antonio Maura, además de los diarios de Manuel Azaña y las memorias de Alcalá-Zamora. Hay que estimular, como sea, su comprensión lectora y su tolerancia.
Mónica García: Un hospital de Playmobil y una pistola de juguete.