Érase una vez, en un reino muy lejano y la verdad muy chiquito, pues tan solo era una pequeñita ciudad, que, por ser tan pequeña, casi ínsula era, pero por los avatares geológicos, nunca lo fue. Dado que, según la leyenda cuenta, hubo en ese reino chiquito, muchos siglos antes, otros pobladores de ese lejano e inhóspito territorio, aunque en verdad continuamente ese reino tan chiquito ha sido inhóspito, como así también lo era, durante el reinado de la reina Portento.
Aquellos pobladores anteriores de este reino intentaron que fuese una ínsula, pero la situación geológica y sus antiguas técnicas no consiguieron hacer que el reino una isla fuese, en medio de un mar plano de tierra, por un lado, tierras yermas e inútiles para la agricultura y el enriquecimiento del reino, a otro lado, campos fértiles, pero ciertamente pocos y por otro lado un área montañosa, que más bien solo servía y sirve para la caza y la ganadería.
Con el paso de los siglos, ese chiquito reino fue acoplando y adaptando su espacio pequeño, en un reducido recinto forzado por unas murallas construidas muy defensivas, junto a las murallas naturales existentes, obligando al reino a un crecimiento limitado, abarrotado y casi hacinado.
En el transcurso de los tiempos, la vida en ese reino, constantemente fue bastante compleja y difícil para casi todos sus habitantes, como lo es y lo ha sido perennemente para la mayoría de la población. Es decir, la vida es dura, penosa y llena de fracasos, pero no solo en ese reino, sino también es así la vida en la mayoría de los demás reinos cercanos. La buena evolución y una vida llena de parabienes, placeres y favores, solo era entonces, como lo es ahora y siempre lo será así, para los dirigentes y sus premiados (la mayoría disolutos) amigos.
Pero, en el devenir de los tiempos cercanos, ya a la época del reinado de la reina Portento, ciertamente, la vida nunca mejoró para la inmensa mayoría de los habitantes de aquel reino chiquito. Solamente, mejoró la vida y la posición para ella como reina. Lo mismo que ocurre en todos los reinos, solo le va bien y mejora la (su) vida a los dirigentes, y sempiternamente de los muchos que necesitan para ser los reyes temporales de los reinos, a sus vidas les van peor. Eso sí, durante el tiempo que fue la reina del chiquito reino, argumentaba y prometía a esa mayoría de aquellos habitantes con vidas perpetuamente miserables y en perdida constante, que 'su' vida, la de la reina y todo 'su' tiempo, era para estar únicamente al servicio de los habitantes de aquel reino, sobre todo de los que más carecían de todo, y no, como lo hacían los 'otros', que nunca harían nada si alguna vez llegasen a ser reyes o reinas del chiquito reino.
Junto con la reina Portento, algunos muy pocos de sus amigos (los disolutos) también evolucionaron para 'su' mejor bienestar, como habitualmente ocurre en todos los reinos. Pero, llegó el tiempo que la reina perdió su corona, y en vez de luchar por aquellos muchos que la ayudaron, se fue a otro reino mayor, pero, difuminado, donde solo ¿lucha para sí misma?…