Manolo Alfaro y su segundo, David Dóniga, se marchan del CD Toledo percibiendo la totalidad de sus contratos, sin embargo, lo cobrarán mes a mes como si continuasen trabajando para el club. A este acuerdo llegaron ambos ayer con el presidente de la entidad, Juan José del Valle, a pesar de que al preparador físico, que también realizaba labores de segundo entrenador con el alacalíno, no se le había destituido. Con todo, al formar un tándem, no se ha querido distinguir una relación contractual de la otra, aunque sí que existe.

Y es que, tras comunicarle el domingo por la noche el máximo responsable verde a Alfaro que no iba a continuar al frente del banquillo, fue el propio David Dóniga quien se dio por despedido a través de Twitter. En cualquier caso, el alcalaíno no ha querido hacer declaraciones públicas a ningún medio de comunicación y se remite a la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Real Madrid Castilla.

Sin embargo, sí dejó sus últimas palabras en una nota de prensa enviada ayer por la tarde en la que expone son sus sensaciones. Para empezar, asegura que «me duele tanto mi cese como la situación del equipo en la tabla». Y es que, el madrileño tiene intención de resaltar que «no hemos estado nunca en puestos de descenso y creo que íbamos a salvar la categoría». Además, desde su punto de vista considera, que «nos ha costado competir todo el año, no sólo en este último tramo», una frase que reúne más coherencia que la que ha podido soltar por su boca durante la última semana de competición con los encuentros ante Getafe B, Montañeros y Castilla.

Por lo demás, sí que desea que el relevo de entrenador «cambie también la inercia del equipo porque deseo que el CD Toledo mantenga la categoría». Igualmente, dejó un mensaje para el vestuario y los seguidores, indicando que «tengo mucho aprecio a los chicos y a muchos aficionados; el año del ascenso fue extraordinario», para seguidamente decir que «asumo mi parte responsabilidad desde que llegué al CD Toledo para bien o para mal». Antes de su amistosa despedida con un «salud y rock and roll», manifiesta que respeta «profundamente la decisión del presidente porque siempre que hemos hablado de fútbol nos hemos dicho lo que pensábamos; unas veces coincidíamos y otras no».