Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Desastre en Valencia

12/11/2024

Empiezo a escribir esta columna el domingo por la tarde, cuando en televisión pasan un reportaje de los reyes en la visita que realizaron a Valencia con motivo de la riada.
Lo que vi me ha puesto muy mal, me ha hecho daño, me ha descompuesto no lo puedo escribir de otra manera. Es muy triste y muy duro. Juro que me disgustó profundamente.
Ignoro el grado de conocimiento o desconocimiento que tengan los valencianos sobre los deberes protocolarios del rey ,deberes institucionales en la vida del país. Tengo claro de todas formas que en todo caso deberíamos saber algo que desconocemos. Digo todo esto únicamente por mí, refiriéndome a mí. Antes de seguir me acuerdo de una o dos cosas que al haber sido dichas por ecologistas «oficiales» en su papel cuentan al parecer con un prestigio y un crédito popular digamos que indiscutible: «es mejor, deseable y ecologista no limpiar ni tener a punto los cauces de los ríos y arrolló, además que nunca se embalse el agua. Ni mucho menos crear presas con el propósito de nuevas tierras de cultivo y regadío crear energía eléctrica o cosas parecidas y a la vez evitando desastres de inundaciones.
No es novedad alguna ni nada parecido pero en España, mejor en la Península Ibérica por razones físicas, por geografía, tiene unas necesidades muy precisas y peculiares que hacen imprescindibles los pantanos, almacenar agua. Que tales necesidades produzcan riesgos es inevitable y a veces nefasto como acabamos de ver en Valencia. Lo que pasa es que no se me ocurren sustitutos para crear electricidad convertir en productivas tierras de secano.
Generalmente, los gobiernos buscan soluciones a corto plazo con resultados inmediatos y sin problemas. Desgraciadamente, la naturaleza es como es y no sigue regla alguna ni mandatos, algo tan beneficioso y útil como una presa puede convertirse en un arma de destrucción masiva sino se gestiona adecuadamente.