Carlos Martín-Fuertes

Desde el Tajo

Carlos Martín-Fuertes


Campanas que molestan

08/10/2024

Nadie me negará, que Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo), ha sido puesto en el mapa recientemente debido a la consulta que ha realizado hace unos días sobre si las campanas del Ayuntamiento, que tocan cada hora, lo siguen haciendo como hasta ahora o las suprimían desde las cero horas hasta las seis de la madrugada. El referéndum dio como resultado de un censo de 440 personas 149 votos a favor de seguir como hasta ahora y 2 a favor de suprimirlo durante las seis horas nocturnas señaladas.
La primera reflexión que me surge es que ha habido cierta abstención no estando en consonancia con la cantidad de personas que se habían quejado aduciendo «que las campanas no les permitían conciliar el sueño». Curioso aquí hay algo que no me cuadra. Y según parece hay todavía gente que no está de acuerdo con el resultado de la consulta, que si en verano el pueblo aumenta diez veces la población ordinaria…
Conozco el caso del pueblo toledano de La Puebla de Almoradiel, con más de cinco mil habitantes y con alcalde de Podemos. En la actualidad las campanas no suenan; hace ya bastante tiempo hubo protestas de algunas personas que decían que el sonido de las campanas también les fastidiaba el sueño nocturno. Pero aquí fueron radicales. Ni hubo consulta ni nada, lo suprimieron de un plumazo y en paz. Eso sí, las campanas suenan cuando hay alguna situación especial como llamar a misa por un difunto. Y al hilo de esto hemos llegado a que, en bastantes lugares y más de lo que se piensa, las campanas no suenen nunca, Y digo nunca porque ni tocan ya a difunto como el caso de Puebla de Almoradiel.
En el barrio donde habito, Valparaíso, el problema no ha pasado de que algunas personas se hayan atrevido a manifestarlo en voz baja. Aquí son las campanas de la iglesia las que tocan, no del Ayuntamiento. Por cierto, solo lo hacen por la mañana y tarde tres toques antes de las misas. Ordinariamente seis toques al día al celebrarse dos misas y nueve los festivos y echen la cuenta. En fin, que en todas partes hay moscas cojoneras que se suele decir y se cuecen habas.
Y ante esto me pregunto: estas personas que se quejan, ¿tienen perros en su casa o no lo tiene algún vecino cercano? Estoy harto de estar en misa en mi parroquia y oír los perros que ladran intensamente. Claro me pueden decir que normalmente es solo por el día. Pero creo que estamos llegando- ya hemos llegado- a unos niveles de comodidad y de insensatez impresionante y que no nos vendría mal darnos un paseo con frecuencia por el campo y observar los numerosos ruidos que produce la naturaleza. Y qué me dicen de los vecinos, que un día festivo por la mañana temprano se ponen a cortar los setos de los cipreses, o el césped, aún peor por la escasez de agua y lo caro que sale el mantenimiento. Recuerdo la frase de un compañero mío de profesión que ante estos casos me decía, «cuánto pecado hay». Pues eso, que hay ciertas cosas en las que no nos ponemos ni nos pondremos de acuerdo nunca.