Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


La muy difícil comparecencia de fin de curso de Sánchez

21/12/2024

Y ¿qué podrá decir Pedro Sánchez en su tradicional rueda de prensa de fin de curso político -si es que la hace, claro, lo que ahora no me consta-, al margen de los indudables éxitos en la macroeconomía? El presidente tiene muy complicado, incluso él, elaborar un discurso triunfal como resumen de lo que ha sido este año, algo agónico, 2024. Lo termina mal desde el punto de vista de la democracia y la pureza moral de la política: todo son controversias sobre el fiscal general, sobre el nuevo secretario de Estado de Comunicación -y sobre el antiguo-, sobre varios funcionarios, sobre el 'número tres' del PSOE... y, claro, sobre la propia mujer del presidente. Todas estas, y muchas más, deberían ser preguntas de los periodistas en esa comparecencia en La Moncloa ante los medios, suponiendo, ya digo, que esta vez se produzca.
Me cuesta recordar un fin de año tan complicado para el habitante principal del complejo monclovita. No hablo solo de los titulares acerca de si el fiscal general, que no debería seguir siendo piedra de escándalo ni un minuto más, borró o no mensajes comprometedores para su actuación; ni quiero entrar en la controversia sobre las actuaciones de la UCO en UCOlandia; ni en la mayor o menor razón que acompaña al presidente y su equipo en su lucha contra jueces y medios. Creo que estoy hablando más bien de la debilidad, moral y de hecho, de un Ejecutivo cuarteado, en busca desesperada de mantener su alianza con un forajido fugitivo, que solo busca mantenerse en el poder como sea mientras el mundo cambia y se convulsiona: aquí no parece importar nada de lo mucho que está ocurriendo fuera de nuestras fronteras. Ni dentro, excepto la crónica de los tribunales.
Seguí a distancia la comparecencia de Sánchez este jueves en Bruselas, donde asistía al Consejo Europeo: mientras la UE se agita en busca del futuro, el presidente del Gobierno español tenía que agotarse en respuestas acerca de su permanencia (o no) en el podio hasta el final de la Legislatura, o sobre si tendrá que personarse en los 'dominios' de Puigdemont, en Waterloo o donde sea, para pedir árnica al fuguista ex president de la Generalitat. Un agotamiento que se completó con invectivas contra jueces y 'algunos' medios, además, claro, de a la oposición. Nada, por supuesto, acerca del cuarteamiento de su propio Consejo de Ministros, donde Yolanda Díaz se enfrenta al titular de Economía, Carlos Cuerpo, por cuestiones sustanciales para la vida de todos nosotros. Es un maestro echando balones fuera.
Sánchez, lo reconozco, es un fuera de serie en lo suyo, y tómese esto bien como una crítica o un halago, o como ambas cosas. Pero ni él puede garantizar ahora mismo que permanecerá en el puesto más allá de este 2025 que, comenzando por la toma de posesión de Trump y continuando con las elecciones alemanas, pasando por la propia pervivencia política de Sánchez, tan agitado se nos presenta. Yo le preguntaría sobre eso en la comparecencia de fin de año, si pudiese. Y si hay comparecencia, claro.